El Duomo de Milán es uno de los símbolos de la ciudad italiana de la moda y el dinero. Milán es un emblema de la elegancia y la sofisticación en Italia y una de sus atracciones más importantes es esta imponente catedral que destaca por ser una de las construcciones góticas más grandes del mundo, con 92 metros de ancho y 157 de alto.
El Duomo de Milán empezó a construirse en el siglo XIV por orden del príncipe Gian Galeazzo Visconti y tardó casi 5 siglos en estar terminado. Su fachada que combina distintos estilos arquitectónicos es la más reconocida por haber sido fotografiada infinidad de veces.
Las puertas de entrada de la catedral tienen bajorrelieves que representan distintos momentos importantes en la historia de Milán, un detalle no menor que permite entender la importancia de esta ciudad italiana para sus artistas y referentes.
Detalles del Duomo de Milán
La construcción de la catedral incluye 135 agujas y numerosas gárgolas que sirven como guardianas del templo. Una vez dentro, las vidrieras le dan una luminosidad y una vida especial a sus 5 enormes naves. La nave central es la más imponente, con 45 metros de altura y recubierta de mármol.
Además de estas atracciones también hay que visitar la sala del Tesoro, ubicada bajo el altar mayor y con adornada con diferentes objetos de plata y oro, y las estatuas que descansan en los rincones de la catedral. La de San Bartolóme o el monumento Arcimboldi hecho en márnol rojo, o los altares firmados por Pellegrini.
Un templo increíble que a medida que pasa el tiempo se convierte más y más en símbolo de la ciudad, el Duomo de Milán no puede faltar en tu visita a la exquisita ciudad italiana que es reconocida por la moda y su elegancia general.