Para todos aquellos afortunados que puedan llegar hasta Lhasa, capital del Tíbet, les proponemos acercarse hasta una construcción realmente imperdible que se sitúa más precisamente sobre la montaña Hongshan.
Nos referimos al Palacio de Potala, sitio de residencia de los Dalai Lama y uno de los espacios religiosos de mayor tamaño y ricos del Tíbet, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1994.
Instalado a unos 3700 metros sobre el nivel del mar, este lugar luego de haber sufrido durante años los daños debido a los diferentes conflictos, ha convertido en la actualidad gran parte de sus ambientes en un museo donde se pueden apreciar las encantadoras tradiciones de su cultura.
El quinto Dalai Lama ordenó realizar la reconstrucción de los lugares que sufrieron daños con el tiempo y se agregaron varias estancias, mostrando en su totalidad unos 400 metros de largo y trece pisos edificados de forma escalonada por las variaciones del terreno.
Todos los espacios del establecimiento y todas las obras decorativas en los diferentes ambientes tiene su significado particular como por ejemplo las ruedas doradas sobre los aleros con ocho radios y figuras de carneros, lo que representa el ciclo de la vida y las ocho verdades nobles de la doctrina budista.
Vía eTurismo Viajes