En la República Checa se yerguen más de dos mil castillos que guardan su historia. El Palacio Mostov, en Cheb, una de las ciudades más antiguas de esta región, data del siglo XIV, aunque se cree se terminó de construir en el siglo XV. Los arqueólogos opinan que ha sufrido distintas intervenciones en los siglos XVI y XVII y XIX (las adaptaciones a la arquitectura de la época eran algo muy común).
Uno de los atractivos es que aún se conserva la colección de porcelanas incorporadas por uno de sus propietarios en el siglo XIX, Georg Haas von Hasenfels, dueño de una fábrica de porcelana. El inmueble perteneció a esta familia hasta 1945 y tuvo distintos usos hasta que en 1992 se integró a la lista de monumentos históricos de la República Checa.
Este palacio, ubicado cerca de la frontera con Alemania, ofrece 18 habitaciones dobles, equipadas con todas las comodidades para hacer de la estancia un viaje de época.
Cada cuarto tiene un nombre, y la decoración se adecua a éste. Otro atractivo es el centro de relajación, Castle Park, que desde el siglo XVII es una opción para encontrar el reposo. Este, ahora moderno spa, conjuga la naturaleza con tratamientos de hidroterapia bajo la vigilancia de especialistas.Su fuerte son los métodos antiestrás. No olvides visitar su comedor cuyo menú está especializado en la comida checa y posee una buena selección de vino.
Informes: www.mostov.cz