En Bruselas, capital de Bélgica, se encuentra una estructura de gran valor arquitectónico. Se podría decir que es una de las más simbólicas de toda la ciudad. Estamos hablando de La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, un templo que fue construido a comienzos del siglo XIII y que culminó en el siglo XV.
El frente de esta iglesia son dos inmensas torres que suelen ser una gran atracción para la mayoría de los turistas siendo así recordadas con fotografías o postales. A los alrededores de este templo podemos encontrar la estación central y la Grand Palace.
Lo que podemos ver actualmente en el interior de La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula son diversas esculturas y pinturas. También se pueden apreciar los grandes ventanales que posee, los confesionarios y el púlpito. Todas estas reliquias son creaciones de Van Orley y de Verbruggen.
En esta iglesia reposan los restos de Santa Gúdula, patrona de Bruselas, una imagen emblemática que tenia la capacidad de hacer milagros. Sus restos fueron llevados a la iglesia San Miguel en el año 1047 y desde ahí comparten el nombre de la catedral.
Un lugar que merece ser visitado para apreciar todas las obras de artes en su interior y ver su fachada exterior que es realmente sorprendente.
Vía sobrebelgica