La ciudad de Friburgo de Brisgovia es una de las ciudades alemanas más difíciles de describir. Su belleza y esencia no pueden reducirse a una palabra, por eso sus numerosos atractivos suelen formar parte de numerosos viajes y recomendaciones en los principales medios de turismo especializado.
Es una ciudad repleta de jóvenes que se acercan a su Universidad para capacitarse, es una de las localidades pioneras en ecología y desarrollo sustentable, y ni hablar de su centro histórico y los pintorescos paseos en tranvía. Una visita a Friburgo de Brisgovia en Baden-Wurtemberg se aprovecha más los fines de semana, cuando su plaza está rebosante de gente que sale a pasear, tomar algo o disfrutar de algún espectáculo artístico.
De compras en Altstadt
El casco antiguo, Altstadt, es la zona más concurrida los fines de semana. Su arteria principal se llama Kaiser-Joseph-Strasse y está repleta de tiendas, restaurantes y pubs donde podemos detenernos a comer o tomar algo, comprar recuerdos y disfrutar de las maravillas en artesanías y gastronomía que suelen hacer los maestros friburgueses.
La catedral gótica Munster es otro de los grandes atractivos de Friburgo, visitada diariamente por cientos de personas que además aprovechan el camino para conocer otros edificios emblemáticos de la ciudad como el Historiches Kaufhaus (un granero del siglo XVII) o la Haus von Walfish, una casa antigua del siglo XVI donde vivió Erasmo de Rotterdam.
La Selva Negra
Al sudeste de Friburgo se encuentra esta increíble zona natural. Un bosque de 6000 kilómetros cuadrados repartidos en dos parques naturales que se han convertido en el centro de referencia para la defensa ecológica y la preservación de valles, prados y pueblos.
Es una zona de gran actividad deportiva y turística, los paseos en la Selva Negra incluyen todo tipo de visitas para conocer como es la vida en armonía con la naturaleza. Increíble y muy cerca de la ciudad, es una visita muy recomendable para los que disfrutan de pasear al aire libre, especialmente en verano.
