Canadá muchas veces es un destino olvidado cuando organizamos nuestras vacaciones, pero lo cierto es que este increíble país esconde lugares verdaderamente sorprendentes, y que sin dudas merecen la pena ser visitados, pues además de poseer una naturaleza esplendorosa repleta de paisajes bellísimos, la sociedad y ciudades canadienses mantienen un estilo de vida y confort extremadamente modernos y seguros, por lo que hoy veremos apenas 3 destinos imperdibles de Canadá para que los tengas en cuenta.
Lago Louise
Alberta es por excelencia una de las provincias típicamente campestres de Canadá, con unos recursos naturales que han sido sabiamente utilizados para el desarrollo de un turismo ecológico, especialmente destinado para las actividades de aventura y las vacaciones de relax, posibilitadas por una gran oferta de servicios, entre las que se encuentran las típicas cabañas de madera emplazadas en mitad de frondosos bosques de abetos.
Y especialmente el lago Louise es un lugar ideal para disfrutar del aire puro y del cielo límpido, así como para practicar la pesca deportiva, paseos en bote o hasta un refrescante chapuzón durante el verano.
Cataratas del Niágara
Las Cataratas del Niagara no necesitan ser presentadas, pues son una de las caídas de agua más famosas del mundo, por lo que si se visita Canadá, realizar una pequeña escapada hasta la provincia de Ontario para visitarlas se hace casi obligada. Realmente se trata de un espectáculo natural digno de ver, y para recapacitar sobre la importancia de la preservación de los recursos naturales del planeta.
Ottawa, la capital
Y también en Notario se encuentra uno de los atractivos obligados de Canadá, pues no puede visitarse este país que reconoce a la Reina Isabel II como su soberana, sin dejar de recorrer su capital, Ottawa.
Sin dudas que se trata de una capital con un marcado estilo europeo, pero que combinado con el trasfondo natural típico de Canadá, y la mezcla de estilos anglosajones y franceses han hecho de Ottawa una ciudad muy hermosa, repleta de lugares históricos y culturales, así como edificios e infraestructuras muy modernos, que especialmente a la noche constituyen una postal que ningún turista duda en capturar con sus cámaras.
