El museo del Porsche en Alemania

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Con más de seis décadas de célebre permanencia en el mercado, se puede afirmar que Porsche es, indudablemente, sinónimo de lujo, confort, diseño y potencia. Todos estos atributos están presentes ahora también en el flamante Porsche Museum, que abrió sus puertas a principios de año en Zuffenhausen, el suburbio de Stuttgart, Alemania, donde la compañía desarrolla y fabrica sus codiciados modelos. Este nuevo emprendimiento promete sorprender no solo con cada uno de los 80 vehículos exhibidos (desde el mítico 356 creado por Ferdinand Porsche en 1948, hasta el moderno Carrera GT, entre otros), sino también a partir de la propia estructura que los alberga: un complejo de 5.600 m2.

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El edificio de 140 metros de alto por 70 de ancho da la impresión de estar suspendido en el aire. Cuenta con una amplia infraestructura que incluye un área de gastronómia, un taller donde se muestran los trabajos de mantenimiento y restauración, una tienda de merchandising de la marca, salas de conferencias, estacionamiento subterráneo con capacidad para 300 autos y una biblioteca que reúne cientos de publicaciones dedicadas a Porsche. Rrezas, vehículos de competición, maquetas, bocetos, motores, prototipos, el visitante encontrará allí todo lo relacionado con la firma alemana en un recorrido cronológico.

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Podrá remontarse a su pasado, rastrear sus orígenes y explorar su evolución, pero también asomarse al futuro de este auténtico referente global de la industria automotriz de alta gama. «Es el proyecto más ambicioso y espectacular de toda nuestra historia», afirmó el vocero de Porsche, Anton Hunger. La colección, que varía semana tras semana, atraviesa en forma cronológica la historia de la compañía. Están las diferentes versiones de los modelos de calle más distinguidos, como los 356, 550, 911, Boxster o SUV Cayenne. Y también las creaciones del propio Ferdinand Porsche previas a lanzar la marca que eternizaría su apellido; por ejemplo, el bólido Type 64 que participó de la carrera Berlín-Roma en 1938.

Hay, dedicados a las distintas categorías del automovilismo deportivo. Tiene piezas únicas, entre ellas el motor turbo de 1,5 litros y 850 CV de cilindrada que impulsó a los monoplazas del equipo McLaren de Fórmula 1 a conseguir inolvidables victorias en los años ochenta, con pilotos como Alain Prost y N¡k¡ Lauda al volante. Y no faltan joyas como el 917/30 Spyder de 1973 que corrió la CanAm (prueba que unía Canadá y Estados Unidos): el Porsche más potente de todos los tiempos, con un motor V12 que alcanzaba los 1200 CV. Fanáticos y curiosos se acercarán hasta el museo, que espera recibir unas 200 mil visitas por año. Sin dudas, un verdadero santuario, una cita impostergable para los amantes de la adrenalina, la elegancia y la sofisticació

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