España es uno de los destinos favoritos a la hora de viajar gracias a sus increíbles playas, gastronomía y dinámicas ciudades, pero también cuenta con multitud de pueblos olvidados que hay sido parte de la historia del país. Pueblos que esperan en silencia ser descubiertos por visitantes.
Los 3 Pueblos Olvidados en España que Valen la Pena Visitar
Antes de nada, nos gustaría resaltar que España cuenta con más de 500 pueblos que están abandonados, muchos de ellos abandonados durante el siglo XX a causa de la guerra o la despoblación rural. Entre todos ellos, hoy queremos hablaros de tres pueblos que son un testimonio único de nuestro pasado y que sorprenderán a todos aquellos que decidan visitarlos.
1. Belchite: ecos de un pasado azotado por la guerra
Belchite ofrece un potente recordatorio de las intensas batallas de la Guerra Civil Española. La ciudad fue escenario de una de las batallas más sangrientas de la guerra en 1937, lo que llevó a su completa devastación. En lugar de reconstruirlo, el régimen de Franco lo dejó en ruinas como un sombrío recordatorio del conflicto.
Características y Hechos Destacados:
- Ruinas de la Iglesia de San Martín y el Convento de San Rafael que muestran la habilidad arquitectónica de los períodos anteriores de España.
- Marcado por agujeros de bala y daños que indican un pasado violento.
- Un conmovedor testimonio de los horrores de la guerra.
«Belchite dibuja una imagen realista de las repercusiones de la guerra. Es un viaje profundo y reflexivo», dice Julianna.
2. Granadilla: el refugio abandonado a la orilla del lago
Rodeada por el embalse de Gabriel y Galán, la ciudad amurallada de Granadilla cuenta una historia de resiliencia. Originalmente abandonada en 1955 debido a la construcción del embalse, ha sido parcialmente revitalizada gracias a un proyecto educativo que busca restaurar sus edificios históricos. Características Notables:
- Murallas medievales y restos del castillo.
- La bellamente inquietante Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
- La pintoresca vista del río y los campos desde el castillo.
Marshall aconseja: «Pasea por las desiertas calles empedradas, aventúrate en la deteriorada iglesia del siglo XVI, o sube al antiguo castillo para disfrutar de vistas panorámicas sobre la presa.«
3. Frigiliana: el pueblo perdido más hermoso de España
Anidado en las laderas sur de la Sierra Almijara, el encantador pueblo de Frigiliana es un paraíso perdido en el tiempo. Casas blanqueadas adornadas con flores de lavanda, calles empedradas llenas de pintorescas boutiques y cafés, y vistas impresionantes del Mediterráneo prometen una inolvidable aventura española.
Los aspectos más destacados de Frigiliana incluyen:
- Los restos de un antiguo castillo morisco.
- Calles laberínticas que conducen a huertos de mandarinas y olivos.
- El Festival anual de las Tres Culturas que celebra las tradiciones cristianas, judías y moriscas.
Julianna Marshall aconseja: «Los viajeros que busquen experimentar el auténtico estilo de vida andaluz deben llevar zapatos cómodos para recorrer las empinadas calles y traer una cámara para capturar la singular mezcla de arquitectura española y morisca.«
¿Por qué Visitar?
A pesar de su inquietante silencio y sus a veces trágicas historias, los pueblos perdidos de España ofrecen una lente única hacia el pasado del país. Estos sitios proporcionan un desvío del camino trillado y una poderosa conexión con las historias que han moldeado a España. Para aquellos dispuestos a aventurarse más allá de las habituales atracciones turísticas, estos asentamientos abandonados prometen un viaje sin igual al corazón del rico tapiz cultural de España.
A medida que el turismo se vuelve cada vez más homogéneo, el atractivo de lo desconocido llama. Estos pueblos olvidados, con sus historias de gloria, desesperación y resiliencia, extienden una invitación para experimentar la auténtica y aún no explorada belleza de España.
Así que, la próxima vez que te encuentres en Spotify, salta ‘Despacito’ y pon un poco de flamenco. Deja que el ritmo te guíe, no a playas llenas de gente o calles atestadas, sino a la serenidad de estos narradores silenciosos, donde cada amanecer comienza una aventura diferente y cada piedra guarda un secreto esperando ser descubierto.