Francia es uno de los países del mundo que más turistas reciben cada año. Son muchos las opciones que nos ofrece el país, además la visita a su capital París. Se trata de un país donde se puede disfrutar de grandes ciudades cosmopolitas, increíbles entornos naturales o una gastronomía especial. Por todo esto, Francia puede ser un lugar perfecto para pasar unos días de descanso. Pero si lo comentado no ha sido suficiente, sigue leyendo porque os dejamos algunas razones de peso por las que habría que visitar el país.
Un paseo por el Canal du Midi en Occitania
La gran región de Occitania, la segunda mayor de Francia, con 13 departamentos, tiene de todo: 8 sitios declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, dos Parques Nacionales, un Parque Natural marino, 7 Parques Naturales regionales, 44 estaciones de esquí, 40 grandes parajes, 28 estaciones termales, 220 kilómetros de costa mediterránea, 50 puertos deportivos…
Por eso es difícil quedarse con una sola actividad, pero si hay que elegir, apostamos por una travesía por el mítico Canal du Midi, que une el Mediterráneo con el Atlántico atravesando toda Francia. Es una oportunidad de ser el capitán de tu propio barco. No se requiere licencia ni experiencia, ¡es así de simple! Es como conducir un coche, ¡pero mucho más fácil y relajante! En el camino, se cruzan las esclusas como un profesional, se pueden contemple las espadañas típicas de la región de Toulouse, las obras de arte diseminadas por el itinerario y, a una velocidad de crucero de 6 kilómetros por hora, solo hay que disfrutar simplemente viendo el tiempo pasar… Se duerme confortablemente a bordo y también se pueden hacer las comidas en el barco o dejarse tentar por la gastronomía de la región en los pueblos y ciudades del itinerario.
Naturaleza y cultura en El Gard
Practicar senderismo en las escarpadas laderas de las Cevenas, recorrer la Camarga a caballo, bañarse en el Mediterráneo… El Gard combina cumbres, altiplanos, bosques de castaños, verdes colinas, ríos caudalosos, cuevas mágicas, matorrales, olivares, largas playas de arena bordeadas de dunas y marismas. Todo ello surcado por senderos y con un patrimonio construido hace dos mil años. Un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza salvaje y los espacios vírgenes, para los curiosos que aman los senderos marcados.
¿Y si no eres deportista? No te preocupes. La oferta cultural es igualmente extraordinaria. El Gard cuenta con tres lugares inscritos en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Pero el departamento también ofrece ciudades históricas excepcionales como Aigues-Mortes, la ciudad de Saint Louis, ciudades de arte e historia, pueblos con carácter, algunos de los Pueblos más Bonitos de Francia. Lugar de encuentros e intercambios, el Gard es un crisol de culturas, tantas identidades –y tan fuertes– que han marcado el territorio. El Gard, con sus variados paisajes y culturas, ofrece una gama de productos locales tan diversos como sabrosos, como el aceite de oliva de Nîmes, la carne de toro y el arroz de Camarga, la cebolla dulce de las Cevenas, la trufa negra…
Descubrir la “Roma francesa” en Nîmes
Nîmes es un destino de proximidad, que ofrece una asombrosa riqueza de patrimonio tanto antiguo como contemporáneo. Llamada la «Roma Francesa», es el hogar de algunos de los monumentos romanos mejor conservados del mundo, entre los que destaca su anfiteatro. Desde finales del siglo I d.C., acogió la lucha de bestias salvajes y gladiadores. Hoy en día, muchos eventos tienen lugar allí: corridas de toros, congresos, conciertos y eventos deportivos.
Pero su herencia contemporánea es su segunda personalidad: grandes firmas han construido la ciudad de hoy. Es una ciudad a escala humana con un centro totalmente peatonal, ideal para pasear y disfrutar de la atmósfera relajante y acogedora de la ciudad. Y por supuesto disfrutar su gastronomía; los patés de Nîmes siguen siendo el referente gastronómico imprescindible en la ciudad, pero no hay que olvidarse, por ejemplo de la auténtica brandada de bacalao de Nîmes, original y refinada, que no falte el foie gras y los quesos, como en toda Francia. Para beber están los vinos de las Costières de Nîmes, uno de los viñedos más antiguos y extensos de Francia.
Niza, capital de la Costa Azul
La quinta ciudad de Francia es también el segundo centro turístico internacional del país, después de París. Entre mar y montaña, la metrópoli de Niza Costa Azul y sus 49 municipios ofrecen una diversidad de paisajes y actividades únicas. La luz muy especial de la ciudad y su privilegiada situación geográfica –entre el mar y las montañas– que siempre ha atraído e inspirado a los artistas, hacen que Niza sigua siendo un lugar de creación. Gracias a su rico patrimonio artístico y cultural, Niza es una de las mayores ciudades francesas en cuanto a número de museos y galerías de arte. Su densa historia la convierte en la ciudad más atractiva de la Riviera Francesa.
Niza es por excelencia el símbolo del arte de vivir mediterráneo, cada rincón ofrece una sensación mágica aportada por el arte y la luz, la misma que durante siglos ha inspirado a los grandes maestros pintores, fotógrafos y artistas de todo el mundo. La cocina de Niza refleja este arte de vivir y el respeto por los productos regionales siempre acompañados por el famoso aceite de oliva y numerosas plantas aromáticas. Niza es un lugar ideal para paseos familiares, el renombrado clima mediterráneo se presta a todo tipo de actividades al aire libre: de playa en playa, en parques, jardines, es sin duda una opción atractiva, pero los sitios culturales de la ciudad también ofrecen muchas actividades de ocio en el interior.
Mónaco, un destino que se reinventa
Desde hace más de siete siglos, Mónaco ha sido una excepción. Enclavado entre el blanco de los Alpes y el azul del Mediterráneo, el segundo estado más pequeño del mundo tiene muchos y variados activos, que van desde la cultura hasta el bienestar, pasando por la gastronomía y el buen vivir. Y es que en Mónaco, las estrellas no se encuentran solo en el cielo, pues este destino tiene no menos de diez estrellas Michelin repartidas en un área de aproximadamente 2 km².
Anclado entre la tradición y la modernidad, Mónaco es un destino que se reinventa sin dejar de ser fiel a los elementos que componen su ADN, lo que es una de las claves del éxito de este estado soberano. La arquitectura Belle Epoque de la Place du Casino junto a la atmósfera contemporánea del Monte-Carlo One ilustra perfectamente esta afirmación. En Mónaco, el lujo y el esplendor se codean con la sostenibilidad y la responsabilidad, ya sea en el corazón de sus grandes hoteles, en sus famosos spas o durante eventos de clase mundial. Mónaco no es solo un destino, es la experiencia de su vida, donde la tranquilidad y la calidad de vida son reconocidas por unanimidad. En pareja, en familia o con amigos, es fácil aprovechar el momento presente y pasar un buen rato en total serenidad en el corazón de un Principado cuya calidad de vida es mundialmente conocida.
Valle del Loira: naturaleza, cultura y arte de vivir
Una combinación única de naturaleza, cultura y buen vivir. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000, el Valle del Loira es la columna vertebral de la región. El llamado «Valle de los Reyes» está poblado de una infinidad de castillos, 15 de ellos considerados “Grandes Sitios del Valle del Loira”, como el Castillo de Chambord o el Castillo de Chenonceau. Y es que, antes de Versalles, los Reyes de Francia residían en el Valle del Loira.
El Valle del Loira es conocido también como “el Jardín de Francia”, debido a sus suelos fértiles y diversos, aptos para el cultivo de frutas y verduras, así como la producción de vinos muy diferentes: tintos, blancos, rosados, espumosos, secos o tánicos… ¡los hay para todos los gustos! La mejor manera de conocer esta tierra, en simbiosis con el entorno, es recorrerla en bicicleta gracias a la ruta del Loira en Bicicleta, un itinerario de 900 km que sigue el curso del Loira, entre viñedos y castillos.
Normandía, tierra de inspiración
Tras un año peculiar que ralentizó los desplazamientos, 2021 promete ser una nueva etapa hacia el turismo del futuro, más local y más sostenible. Llegó el momento de tomar un nuevo impulso, de recuperar la serenidad y de optar por un destino cercano que nos permita un cambio de aires. Tierra de libertad, de autenticidad y de intercambio, Normandía se impone como una evidencia. Por su historia, simboliza la paz; por su saber hacer, se proyecta en el mundo entero; por sus inmensos espacios naturales, encarna un regreso a los orígenes. Normandía, tierra de inspiración, ha acogido, desde siempre, a artistas, pintores impresionistas y escritores, en su territorio. Hoy en día, más allá de las visitas imprescindibles, Normandía ofrece paseos sorprendentes, fuera de lo convencional y llenos de magia para convertir las vacaciones en una experiencia única.
Normandía ofrece a sus visitantes la oportunidad de descubrir su arte de vivir «como un local», viviendo experiencias únicas. Cada experiencia seleccionada incluye la práctica de una actividad y un encuentro con una personalidad normanda. Estas experiencias garantizarán a cada visitante un momento único e inolvidable en Normandía.
El Viaje sorprendente a Nantes
Situada en el sur de Bretaña, Nantes es probablemente la ciudad más creativa de Francia. Cultural, artística, innovadora, la capital histórica de Bretaña ofrece además una excelente calidad de vida y forma parte de las ciudades más verdes de Francia. El evento “el Viaje a Nantes” (le Voyage à Nantes) se desarrolla cada verano y anima la ciudad con muchas instalaciones artísticas, obras de arte y lugares de encuentro.
Una línea verde, pintada en el suelo, transcurre por el centro y junta los elementos de esta colección con otros elementos imprescindibles del patrimonio histórico de Nantes, puntos de vista y barrios animados. Una visita de Nantes se completa con un recorrido artístico que se llama Estuaire y que sigue el Loira hasta la ciudad de Saint-Nazaire. Más al sur, a 20 minutos de Nantes, se puede disfrutar del viñedo del Muscadet y de su paisaje único, así como de la encantadora ciudad de Clisson. Otra oportunidad para disfrutar de Bretaña es «La Travesía moderna de un antiguo país», un itinerario de 12 etapas de Nantes hasta el Mont-Saint-Michel caracterizadas por la misma singularidad que el Voyage à Nantes.