Los bosques en la sierra de Chihuahua se multiplican como semillero verde, junto con magníficas formaciones rocosas, arroyos y cascadas. Se trata de las Barracas del Cobre, donde el suelo milenario de la Sierra Tarahumara se abre en gigantescos cañones, cuatro veces más grande que el Cañon del Colorado, en Arizona, Estados Unidos. La extensión de las Barracas es de 600 kilómetros de longitus y 250 kilómetros de ancho, con una profundidad de hasta 1.879 metros; están formadas por las barrancas de Urique, el Cobre y el Septentrión, al norte; en medio, Batopilas, y al sur, Sinforosa, además de otros 20 cañones.
Estas cañadas conservan una de las más importantes biodiversidad del mundo. En su vegetación destacan los bosques de pino y encino, principalmente, localizados a más de 2.000 msnm (metros sobre el nivel del mar), en regiones donde cada invierno caen fuertes nevadas. Al ir descendiendo hacia las barrancas, la vegetación va cambiando, a 400 msnm, aproximadamente, se encuentran plantas características de climas semitropicales y húmedos, como: mangos, naranjas, zálates, zapotes, además de otras plantas no frutales. Esta diversidad también se presenta en la fauna, ya que abundan las especies de mamíferos, aves, reptiles, peces de agua dulce y anfíbios.