En más de una ocasión, hemos visto como prácticamente cualquier cosa puede convertirse en un atractivo turístico para las personas que viajan alrededor del mundo. En este caso, no podemos dejar de destacar lo que viene sucediendo en Camboya, donde las autoridades han señalado que son muchas las oportunidades en las que se realizan tours para mostrar la pobreza local.
Salvador Fernández, propietario y gerente de la agencia Camboya Increíble, una de las principales que trabaja con respecto a este destino dentro del mercado hispano, ha señalado al respecto que “hay clientes que nos piden ver la pobreza del país. Aunque normalmente el turista no quiere ver desdichas y solo le interesa ir a los lugares famosos, el viajero interesado en la cultura sí quiere conocer también ese aspecto social”.
Claro, el caso es que en los últimos tiempos se ha hecho bastante común esta diferenciación entre el turista que sólo quiere recorrer los espacios famosos que cada destino nos tiene preparados, y el viajero que en realidad se interesa al mismo tiempo en la forma de vida que tienen las personas con las que se encuentra en el sitio que recorre.
El problema es que en situaciones como éstas nos encontramos, por otro lado, con que la pobreza no debería ser algo que se exhiba de forma “turística” y por eso todos los tours que se llevan a cabo tienen las máximas consideraciones para con los habitantes locales, y se exige un respeto de cementerio u hospital a los viajeros, que se llevan una lección de humanidad que si vienen de países muy desarrollados, probablemente no conozcan.
El caso es que aunque la mayoría de las agencias, como la antes mencionada, por lo general intentar evitar este tipo de recorridos, sería imposible terminar de comprender lo que es Camboya como país si no se realizara un trayecto, aunque sea de forma alejada y respetuosa, por los alrededores de sus principales ciudades.