Lo que se viene: las próximas olimpíadas en Sudáfrica. La Ciudad del Cabo, la urbe más bella del África Subsahariana, designada como sede de varios de los principales partidos del Mundial de Fútbol del 2010, tendrá la oportunidad de exhibir sus atractivos de centro multicultural y cosmopolitan, como los cafés bohemios de Long Street, la zona de edificios coloniales ingleses donde se aloja el Parlamento y los shanty towns (ciudades perdidas).
Podrás ir: Desde los muelles del Waterfront se toma el bote hasta la Isla Robben, con su antigua prisión donde estuvo encerrado Nelson Mandela, clave en la hoy reconvertida en un lugar de exhibición sobre la libertad y la reconciñliación.
A menos de una hora está el pueblo tipo holandés Stellenbosch, centro de una región productora de vinos de primera calidad: en las bodegas de los alrededores se pueden hacer desgustaciones y adquirir una dotación de biltong, la carne seca típica de los antiguos boers.
El escenario de la Ciudad del Cabo es fabuloso: sus rascacielos se hacen enanos cuando uno se aleja hacia el mar y ve cómo el fondo crece hasta formar Table Mountain, una meseta que domina el panorama, a la entrada de la península que más adelante se convierte en el punto más meridional del continente, el Cabo de Buena Esperanza, antaño llamado Cabo de las Tormentas por el gran explorador portugués Vasco da Gama, punto clave en la ruta comercial hacia Oriente.
Es la oportunidad de acercarse a una variedad de vida salvaje, incluídas experiencias muy agradables, como recorrer una colonia de pingüinos; y otras no tanto, como meterse al mar en una jaula para ver tiburones blancos. Muchos encantos escondidos que ahora empezamos a conocer con el pretexto de las patadas y los goles de Sudáfrica 2010.