Es una meseta de piedra caliza que tuvo sus orígenes durante la última era glacial por acción de una extrema meteorización y cuyas colinas son atravesadas por grietas llamadas «grikes» que dejan al descubierto rocas aisladas que se conocen como «clints«.
El Burren es un sitio ideal para quienes tienen gran interés por la arqueología ya que en la zona se pueden observar cruces celtas, más de sesenta tumbas cuña, una abadía cisterciense en ruinas y tumbas megalíticas.
La vegetación de El Burren, además de ser muy vistosa es muy particular, ya que allí crecen vegetales árticos, mediterráneos y alpinos de manera simultánea por el inusual medio ambiente y el tipo de suelo calizo impide que el agua de lluvia penetre en el terreno dando origen a preciosos lagos temporales o turloughs que completan el paisaje.