Praga es una de las mejores ciudades del mundo a la hora de hacer turismo, y entre todos los elementos que podemos mencionar para tratar de convencer a alguien de que la visite, seguramente no se encontraría nunca un cementerio. Pero lo espectacular de la capital checa es que incluso este tipo de recintos guardan una historia tan rica, que los viajeros de todo el mundo no pueden evitar recorrerlos por dentro.
En este caso, particularmente, te queremos hablar de uno de los espacios más famosos de Praga, como lo es el denominado Cementerio Judío, el cual como su nombre bien lo indica, funcionaba especialmente para albergar los cadáveres de los muertos de esta religión, una de las más importantes de la República Checa, siendo creado el mismo en el año 1439, o siendo al menos éste año el primero en el que se hace referencia al mismo.
Hay que destacar, posteriormente, que si bien este sitio se esperaba que fuera creciendo con el correr de los tiempos, finalmente no lo hizo tanto, de modo que comenzaron algunas complicaciones para las personas judías que querían despedir a sus seres cercanos en este espacio, y que con el tiempo, terminaron haciendo que se inclinen por otros.
De hecho, algunas historias cargadas de fantasía, y otras que no tanto, explican que como consecuencia directa de la falta de espacio existente en el Cementerio Judío, se optaba por enterrar los cuerpos unos encima de otros, con lo que se podía llegar hasta a más de diez personas, o cuerpos, apilados unos encima de otros en el espacio que correspondía apenas a uno, lo que se multiplica por las cerca de 12.000 lápidas actuales, cuando se especula con 100.000 personas enterradas allí.
Para quienes estén interesados en visitar este sitio, no se puede dejar de lado tampoco que el mismo se encuentra abierto a los turistas la mayor parte del año, presentando interesantes descuentos, tanto a menores, como a mayores de 65 años, y a estudiantes de cualquier parte del mundo.