Son muchas las familias que eligen las Islas Canarias como destino para pasar las navidades. De todas las islas, Las Palmas de Gran Canaria se ha convertido en uno de los destinos favoritos gracias a una agenda alternativa y sorprendente para el visitante. Es una ciudad donde poder ver un concepto diferente de portal de belén a pie de playa u organizar una gran concentración popular en la noche de Reyes. Veamos algunas de las cosas que convierten a la ciudad en un destino único para pasar la Navidad.
Del Belén Tradicional al Nacimiento de Arena
El Belén es protagonista en Las Palmas de Gran Canaria en diciembre. Desde el tradicional nacimiento que se ubica en el céntrico Parque San Telmo, antesala de su casco viejo (la Calle Mayor de Triana, zona comercial abierta por excelencia en la urbe, y, más allá, Vegueta), hasta los que ocupan emblemáticos espacios como las Casas Consistoriales (frente a la Catedral, en plena Plaza de Santa Ana), el Palacete Rodríguez Quegles (un delicioso inmueble modernista ubicado en la Calle Pérez Galdós, hoy sede de las dependencias de la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria) o el más singular de todos, el que se levanta en arena en La Puntilla, en uno de los extremos de la Playa de Las Canteras. Allí, cada año diferentes escultores de prestigio internacional diseñan un nacimiento capaz de atraer a miles de visitantes, y que en 2019 abre al público el 29 de noviembre. Es una de las estampas más singulares de la Navidad en España y en Europa: una postal de obligado retrato para el viajero.
Noche de ilusión
En el casco urbano nos podemos encontrar todo tipo de tiendas para realizar nuestras compras. La Calle Mayor ha sido el enclave escogido de manera espontánea por la población para concluir una intenta jornada de compras. En el día de la cabalgata, que recorre la ciudad hasta Vegueta (Sus Majestades llegan por el Puerto), son los adultos los que guardan vigilia por los Reyes en sus restaurantes, terrazas, bares y hasta tiendas abiertas a horas tardías, en una multitudinaria concentración que se ha convertido en una de las señas de identidad de la Navidad contemporánea en Las Palmas de Gran Canaria.
Una época para las delicias gastronómicas
La urbe presume, con razón, de su carácter cosmopolita, que se traslada igualmente al paladar. Es habitual poder disfrutar en las terrazas al aire libre de un almuerzo o una cena en esta época del año, ya sea en el entorno de la Playa de Las Canteras, en la Calle Ruiz de Alda (junto a la zona comercial abierta de Mesa y López) o en el casco antiguo que confirman Triana y Vegueta. No faltan restaurantes de corte internacional, siempre característicos de una ciudad abierta al Atlántico, al tránsito, a América, Europa y África. Ni tampoco valientes concepciones de la comida canaria de hoy. A las papas arrugadas se suman a menudo en estos últimos locales el exquisito cochino negro canario, los quesos con mermeladas o confituras, la habitual pata de cerdo, el pescado local y una amplia variedad de delicias en forma de postre, en el que nunca falta el polvito uruguayo.
Nochevieja en la playa
Otra estampa característica de la Navidad en Las Palmas de Gran Canaria se da en la última noche del año: los fuegos artificiales desde La Puntilla, en Las Canteras, al abrigo de su Belén de Arena y el característico árbol de Navidad que se levanta en este enclave, despedirán 2019 y darán la bienvenida a 2020. Una multitud se concentra en torno a la playa, pata disfrutar del espectáculo y continuar con la diversión. ¿Nochevieja en la playa? Desde luego: no faltan valientes que se atreven al primer baño del año. Aunque algunos prefieren demorarlo hasta primera hora del día 1, en una tradición popular a la que no le faltan ni mucho menos adeptos.
Ciudad activa
No hace falta madrugar tanto para disfrutar de la actividad en Las Canteras durante todo el año, Navidades incluidas. El clásico paseo de extremo a extremo de esta playa de tres kilómetros de extensión no es el único ejercicio posible en un trazado en el que no faltan empresas de servicios que ofrecen la posibilidad de practicar submarinismo, snorkel, paseos en piragua, kayak o pádel surf… y hasta animar a los más jóvenes de la familia a descubrir, por ejemplo, la riqueza biológica que esconden los fondos de Las Canteras, aún cerca de la orilla. El surf, por otra parte, es dueño todo el año del extremo de La Cícer, en el que se levanta imponente el Auditorio Alfredo Kraus. Allí las escuelas ganan adeptos cada día… y destacan en esta época por otra imagen típica de la ciudad: la de espontáneos papá noeles que doman olas a bordo de sus tablas.