Uno de los viajes más exóticos que se pueden emprender es al sureste asiático y el destino más recomendable es, sin duda Malasia. Decimos que es recomendable por varias razones, la primera es que su estabilidad política lo convierte en un país próspero y seguro, pero además es una zona de grandes contrastes y un gran arraigo multicultural. Etnias y religiones malayas, chinas, indias e indígenas conviven con ritmos y naturalezas opuestas, desde la populosa Kuala Lumpur, que ya en si misma es una ciudad de contrastes plasmados en sus grandes rascacielos y sus barrios tradicionales y zonas de riqueza ecológica y gran biodiversidad como Sarawak.
Además de moverse por la península, en la que está la capital (Kuala Lumpur) Malasia cuenta con4.675 Kmde costas, sumados en 1.007 islas, de las cuales 38 han sido declaradas parques marítimos. Si se quiere hacer una visita a la típica playa de cartel, hay que ir al archipiélago de Langkawi son 104 islas en marea baja, cuando sube sólo quedan 99 a flote. Aunque todavía no es un país masificado por el turismo, hay numerosos resorts y se pueden realizar numerosas actividades organizadas por ello, desde practicar la escalada, recorrer los famosos 7 pozos con cascadas (Seven Wells), hacer trekking o tirarse en tirolina en medio de la selva, para los más valientes… a relajantes excursiones de snorkeling disfrutando de los fondos marinos.
El Borneo Malayo (Sarawak y Sabah) es uno de los últimos paraísos naturales que quedan en el planeta. Está separado de la península por el Mar de China. Sabah y Sarawak están cubiertas por densas junglas y en ellas habitan una gran cantidad de especies autóctonas, como el orangután, el kalao y el mono narigudo. Estas junglas están surcadas por una extensa red fluvial navegable, cuya autopista es el Rejang. En Sarawak todavía habitan los Iban, antiguos cortadores de cabezas, famosos por sus tatuajes corporales y cuyos poblados se pueden visitar e incluso dormir en una de sus cabañas (chozas largas) o los dayak, que te permitirán compartir sus casas comunales.
Kuching es la capital de Sarawak, es la cuarta a nivel nacional por tamaño y está rodeada por zonas selváticas que llegan hasta el mar donde encontramos pueblos costeros como Pandan y Sematan. Hay cuatro parques naturales, el Parque Nacional Bako posee una zona de selva tropical virgen, playas y senderos. Una buena excursión es hacia el Noreste para ver las pinturas rupestres de las cuevas Niah, a las que solo se puede llegar en lancha (si se te hace de noche alucinarás con los hongos luminosos).
La otra gran reserva es Sabah, su capital es Kota Kinabalu que tiene enfrente el Parque Nacional Turku Abdul Rahman, formado por varias islas en las que se pueden encontrar las mejores playas de Borneo. Sus paisajes son espectaculares, y la fauna variadísima y muy exótica desde monos hasta jabalís barbudos, pasando por corales y peces tropicales. El interior contrasta severamente con la costa luciendo picos montañosos como el monte Kinabalu (4.101 m), que se alza como uno de los picos más altos del sureste asiático.
En Malasia, el alojamiento y la comida son baratos, así que dependiendo del tipo de viaje que quieras hacer, puede salirte bastante económico. Además, los transportes funcionan muy bien, con una buen red de infraestructuras que te permite viajar sin problema por todo el país.