Si hablamos de Lisboa, la capital portuguesa, uno de los principales circuitos turísticos que podemos llegar a destacar a nivel local tiene que ver, evidentemente, con la enorme cantidad de museos que se pueden hallar en sus calles, y más allá de los relacionados con la historia y la arqueología, hay uno que sobresale, por lo original, de los demás. Se trata, ni más ni menos, que del Museo Nacional del Azulejo.
Este Museo Nacional, cuenta entre sus particularidades, en principio, con ser el único en su tipo en todo el mundo, lo que también le permite establecerse como el mejor en cuanto a este tipo de elementos de construcción, y por lo básico, tiene como objetivo, mostrar la evolución de este importante apartado de las disciplinas de la cerámica, sobre todo claro, dentro de las culturas portuguesas, actuales y pasadas.
En cuanto a la ubicación de este recinto cultural, debemos decir que el mismo se halla formando parte del Convento de la Madre de Deus, siendo una de las principales construcciones de estilo manuelino que se mantienen en pie en la ciudad, a la que se le han sumado algunos interesantes detalles de otros, como por ejemplo el renacentista y el barroco.
Si pasamos a las colecciones que se pueden encontrar en este sitio, en tanto, debemos decir que el mismo cuenta, en la actualidad, con hasta de 7000 piezas que abarcan azulejos españoles, holandeses, ingleses, alemanes, belgas y sobre todo, portugueses, pero dentro de ellos, con sus propias subdivisiones, entre los de estilo árabe, barrocos, renacentistas, modernistas, y demás.
Además, para completar la visita de los turistas, este centro cultural también cuenta con una interesante sala de exposiciones, en la que casi todo el año se realizan diferentes representaciones, o su espectacular restaurant interno, el cual, como no podía ser de otra forma, se encuentra decorado con azulejos del siglo pasado.