Este estupendo palacio data del siglo XVIII y presenta en su arquitectura una fuerte influencia hispana, dado que Filipinas fue una colonia dependiente de la corona española hasta su total independencia en el año 1937.
El Palacio de Malacanang sirvió en su momento para albergar a numerosos gobernadores españoles y posteriormente se convirtió en la residencia oficial del jefe de estado filipino, para lo cual se amplió y remodeló numerosas veces y muchas de ellas hicieron que se perdiera su estilo original.
Dentro de la residencia, uno de los sitios más visitados es el Museo de Malacanang donde se conservan y exhiben algunos objetos que han formado parte indispensable en la vida social y política del país.