Túnez se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de toda África. Se trata de un país con una fascinante cultura milenaria en la que se combina, historia, exotismo y espacios naturales únicos. Con la llegada de la primavera, este destino se convierte en una de las mejores opciones parar llevar a cabo una escapada inolvidable ya que ofrece todos los ingredientes para lograrlo, desde sus desiertos y sus playas, pasando por sus circuitos temáticos y sin olvidarnos de sus actividades culturales.
Tras las huellas del pasado
Al visitar Túnez, te transportarás en el tiempo hasta la gloriosa Cartago, un lugar que hoy está declarado como Patrimonio de la Humanidad. También podemos visitar la medina de Túnez, que forma parte del listado de la UNESCO, donde se aglutinan un gran número de edificios importantes, entre ellos numerosas mezquitas como la de la Aceituna o Gran Mezquita, el Hospital de Sidi Bou Krissan y diversos palacios como el de Dar el Bey o el de Dar Ben Abdallah. Además, el anfiteatro de El Djem, la ciudad púnica de Kerkoune y su necrópolis, la medina de Susa y las ciudades de Kairuán y Dougga (Thugga) son también de visita imprescindible.
Un oasis a las puertas de África
De sus 125 kilómetros de costa a las profundidades del desierto, Túnez está repleto de enclaves con un gran valor natural. En el norte, rodeadas de aguas cristalinas y una vegetación exuberante, se encuentran playas como la de Kalaat Landlous, un lugar idílico para practicar deportes acuáticos, por ejemplo, kitesurf. Al sur, más salvajes y con el desierto como cautivador escenario, se convierten en auténticos oasis donde abundan las palmeras; este es el caso de la isla de Djerba, el destino de playa por antonomasia del país.
Senderismo e introspección en el desierto
En el interior, el desierto del Sáhara tunecino se extiende como un remanso de paz y serenidad que, en épocas como la temporada primaveral, permite descubrir un maravilloso mundo de dunas de arena, montañas escarpadas y oasis verdes en un entorno idóneo para la meditación. Otra posibilidad de esta parte del corazón de Túnez es recorrer el macizo del Dahar, ubicado en la región bereber poco conocida del sureste; desde Béni Khédéche al mítico pueblo de Zamour hasta llegar a los paisajes lunares de Matmata, se trata de una experiencia única donde poder contemplar el cielo estrellado al calor de un té recién hecho en una de las singulares casas trogloditas excavadas bajo tierra.
Un álbum lleno de experiencias
A las rutas senderistas y culturales se unen numerosos circuitos temáticos, entre ellos rutas del vino, de cine e incontables propuestas de actividades outdoor que forman parte de la oferta tunecina. Cabe destacar el circuito vitivinícola Tras las huellas de Magón, una ruta que sigue el rastro del agrónomo cartaginés Magón poniendo en valor las tradiciones enológicas y gastronómicas del país; los circuitos de cine que recorren los escenarios de películas como La guerra de las galaxias, El paciente inglés, Indiana Jones: En busca del arca perdida y Oro Negro, con Antonio Banderas; y eventos maratonianos como el Ultra Trail El Djerid 100 km o la Maratón de Túnez-Cartago que están situando a Túnez bajo los focos del running a nivel internacional.