Desde la casa club del campo de golf de Meis situado en la cumbre del monte Castrove se disfruta una excepcional vista de las rías de Pontevedra y Arousa. Dentro de este panorama, también se divisan gran parte de los 44 kilómetros cuadrados de Sanxenxo, un término municipal conocido principalmente por sus 36 kilómetros de litoral. En el descenso, hasta la capital turística de las Rías Baixas, el paisaje está salpicado de viñedos de uva albariña que darán origen a los apreciados vinos de esta Denominación, como los que elabora Manuel Villalustre en Adega Dos Eidos, bodega situada en el lugar de Padriñan.
Cerca de aquí se encuentra la iglesia de San Juan de Dorrón que data de 1764 aunque conserva vestigios románicos. El templo, junto a Santa María de Adina, San Esteban de Noalla (1692) y Nuestra Señora de La Lanzada, es parte del rico patrimonio monumental de Sanxenxo.
Esta última ermita está vinculada desde tiempos remotos a creencias relacionadas con la fecundidad, en origen paganas, y que la iglesia católica asimiló como propias. Se dice que en la playa colindante de La Lanzada, las mujeres con problemas de fertilidad deben bañarse en el solsticio de verano y seguir el rito de las nueve olas. A continuación deberán mantener relaciones en una roca situada entre la ermita y el mar, conocida como la Cama de la Virgen, para quedar embarazadas.
Al margen de la leyenda, la playa es una de las más bellas de la 22 que se encuentran en el término. Las hay de todo tipo, desde las urbanas situadas en Sanxenxo y Portonovo, los dos principales núcleos de población, hasta recónditas calas y extensos arenales donde 1 practicar deportes náuticos como el surf o disfrutar del paseo, de la brisa marina y del sol (el microclima de Sanxenxo tiene 105 días despejados al año, según datos oficiales del Agencia Estatal de Meteorología).
No cabe duda que el mar tiene gran importancia para los lilainos, gentilicio local, no solo por su producción pesquera y de marisco; también por el deporte náutico reflejado en el Puerto Deportivo Juan Carlos I, una moderna dársena para 400 embarcaciones de recreo. Sanxenxo también se ha sumado a la corriente de la salud por el agua, mediante cinco hoteles de cuatro estrellas con instalaciones de talasoterapia y spa, como el Carlos I, Sanxenxo, Augusta y Galatea, donde disfrutar de todo tipo de tratamientos de relajación y belleza. Y tratándose de Galicia, no puede faltar el aliciente gastronómico con restaurantes tradicionales, por ejemplo Marlima, donde degustar las excelentes materias primas de la zona, o disfrutar de la creatividad de establecimientos como Rotilio, con una cocina de autor que no renuncia a sus orígenes.