Ciudad de los reyes españoles, taifa del sur para los árabes y una de las comunidades del judaísmo con más historia. Toledo es una fortaleza natural, por sus murallas y el río Tajo que ciñe su perímetro.Esta ciudad simboliza para España la reconquista y la integración de comunidades disímbolas. Cada calle permanece casi inalterada desde el medioevo.
Sólo la ciudad se recorre en no más media hora de un extremo a otro; aunque uno de topa con cada construcción que nos disminuir la velocidad a razón de hora por monumento histórico o museo o casa de oración. Para una visita de un día la traza bien definida de Toledo hace que uno pueda admirar culturas que la han habitado.
Hacia la puerta del Cambrón se localiza lo que fuera el barrío judío y sus sinagogas. La mejor conservada es la Samuel Ha-Levi, la yesería con inscripciones hebreas refieren al Antiguo Testamento. Aquí mismo se encuentra el Museo Sefardí.
Las calles del barrio judío fácilmente nos llevan a distintos rincones de la ciudad y así podemos llegar al otro extremo: a la puerta del Valmadrón, asentamiento del barrio árabe. El mejor monumento que se conserva es la Mezquita del Cristo de la Luz. Los constructores de la riqueza arquitectónica de Toledo fueron los árabes.
Y si uno quiere saber de la tercera cultura que habitó Toledo, la católica, debe dirigirse al Santuario de los Reyes. Tres hitos obligados para conocer la ciudad toledana de fuerte tendencia árabe. Monumentos de una sociedad en la que Alfonso X, en el siglo XIII, asentara las bases para que Oriente se acercara a Occidente.