Costa Rica tiene una extensión de terreno que equivale solamente al 0,01% del planeta, pero posee el cinco por ciento de las especies mundiales de flora y fauna; cuestión que seguramente permanecerá así ya que más de un cuarto de su territorio está protegido como reserva natural. Costa Rica Posee 120 formaciones volcánicas; El Arenal, un volcán de siete mil años de antigüedad, es el más activo: hace erupción cada 10 o 15 minutos. Así que contemplar este paisaje es un privilegio.
Un sitio ideal para disfrutar de la vista de los volcanes es alguna de las termales naturales del Tabacón Grand Termal Spa Resort, situado en el medio de una reserva de selva tropical y que, por cierto, calienta toda su agua con energía volcánica. Otra ventaja de este hotel es que está alejado del ruido y de poblados, aunque puede ofrecer visitas guiadas para todos los gustos y la mayoría de los recorridos pasan al hotel a buscarte y te regresan.
Si te interesa ver El Arenal de cerca, puedes hacer una caminata que lo rodea por completo, pero si tu espíritu es más aventurero, puedes escoger la tirolesa; amarrado con un arnés y protegido casco podrás practicar rapel por un risco y a través de las más bellas cascadas de la selva. Por supuesto acabas mojado, pero no es de preocuparse ya que las temperaturas son siempre cálidas. El clima es bueno todo el año y es mejor entre febrero a agosto, lo que se traduce en ríos más caudalosos y más vida animal.
Una experiencia más cargada de adrenalina es subir por un teleférico y pasando por las copas de los árboles hasta una altura de poco más de 200
metros sobre el nivel de la tierra. Ahí te amarras a un arnés y colgado de un cable, viajas a velocidad durante tres kilómetros y medio, a una altura que varía de los 31 metros de distancia de la tierra hasta una vertiginosa de casi 800 metros. Hay para todos los gustos, buena suerte.