La Catedral de Sal, un lugar único en el Algarve

El Algarve es uno de los principales destinos turísticos de Portugal, pero muy pocos saben que bajo de él se encuentra el enclave turístico más profundo del país. Exactamente, a 230 metros bajo la superficie, se encuentra la Mina de Sal-Gema de Loulé, una mina que aún sigue en activo y que es posible visitar para conocer como los mineros extraen este «oro» del Algarve.

Mina de Sal-Gema

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La Mina de Sal-Gema se extiende en un laberinto de galerías en el que los colores y la maquinaria son capaces de dejar sin palabras a los visitantes. Este «oro» se extrae de las paredes de la mina esculpiendo sus grutas, convirtiendo a esta mina en una auténtica catedral de sal en la que se abrazan, en armonía, la extracción de sal gema y el turismo minero.

Durante un recorrido de aproximadamente 1,3 kilómetros, el viajero podrá vivir una auténtica aventura subterránea junto a Fininho, la mascota de la mina, y su amigo Salty, dos perfectos anfitriones con los que aprender sobre geología e ingeniería, comparar la evolución de la maquinaria y de las técnicas de extracción a lo largo del tiempo y disfrutar, cómo no, de la belleza de esta mina formada por sal gema hace 230 millones de años de antigüedad.

Aparte de ser testigo directo de cómo transcurre el trabajo en una mina activa, el viajero podrá además visitar la exposición ‘Santa Bárbara, Patrona de los Mineros y Otras Artes’, que se extiende sobre suelo salino en una de las cuevas. Esculturas de espectacular tamaño, pinturas y utensilios religiosos, procedentes de varios países y desarrollados con técnicas de ejecución diferentes, son solo algunas de las curiosidades que sorprenden a esta profundidad, donde descansa también una colorida muestra del artista contemporáneo Klaus Zylla. No siempre se puede disfrutar del arte a 230 metros bajo tierra.

Loulé: un Algarve sorprendentemente hermoso y tranquilo

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Esta ciudad cercana a Faro, de personalidad tranquila y prominente huella musulmana, es la parada perfecta tras recorrer la impresionante mina de sal que atraviesa sus cimientos. Su castillo del siglo XIII se roba la mayoría de sus miradas, pero merece la pena también perderse sin rumbo por los laberintos de calles empedradas que diseñan su casco histórico. Descubrir los tesoros que resisten al paso del tiempo y recuerdan que estamos en lo que fue una importante urbe musulmana entre los siglos VIII y XII es un plan ideal para aprender de la historia de este lugar. Tal es el caso de los Baños Islámicos de Loulé, unos baños públicos de la época musulmana, que se esconden bajo los cimientos de una casa señorial del siglo XV (propiedad de la Familia Barreto) y que, por su importancia patrimonial e histórica, fueron declarados en 2023 Monumento Nacional. En Loulé, el tiempo parece haberse detenido en pro de sus costumbres. Y es que las algarvías bien merecen ser disfrutadas así, sin tiempo ni prisas.

Por su parte, el mercado de Loulé, de estilo neoárabe, es el verdadero corazón de la ciudad y una de las visitas obligadas si se quiere probar los bocados más típicos de la gastronomía local o llevarse a casa alguna de las hermosas artesanías que se fabrican en la zona. Otra buena manera de empaparse de las tradiciones es detenerse en cualquiera de los espacios que forman Loulé Creativo, una red de artesanos locales que trasladan sus talleres a la calle a fin de acercar las auténticas raíces de Algarve, al viajero que desea conectar de verdad con esta región del sur de Portugal.

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