Turismo de aventura en Copiapó 1

Copiapó es una de las principales ciudades turísticas de Chile, considerando la enorme variedad de sitios, tantos naturales como culturales, que se pueden disfrutar. Sin embargo, en esta ocasión vamos a hacer referencia especialmente al turismo de aventura que se puede llevara delante en los numerosos parques locales, además del famoso Valle de Copiapó, a donde llegan miles de turistas en cualquier época del año.

Por ejemplo, uno de los primeros sitios que tenemos que visitar es el Parque “El Pretil”, un sitio realmente gigantesco, de casi 20 hectáreas de superficie, con espacios para picnic, juegos infantiles, senderos para bicicleta, y demás, sin dejar de mencionar la posibilidad de disfrutar de la rivera del río Copiapó, sin olvidar tampoco su zoológico, que si bien no es demasiado imponente, cuenta con animales como zorros, llamas, tortugas, alpacas, vicuñas, guanacos, y otros.

Siguiendo con los parques, otro de los destinos interesantes del turismo aventura es el Parque Schneider, que si bien es mucho más pequeño, cuenta con un precioso espejo de agua natural , y se encuentra anexado al complejo deportivo Luis Valenzuela Hermosilla, lo que permite a los amantes del deporte realizar todo tipo de actividades.

El Parque de Pipote, en tanto, también es muy recomendables, sobre todo si tenemos en cuenta que forma parte de la fundición Hernan Videla Lira, aunque está disponible para todo público. Se trata de un sitio que conquista a los turistas por sus bellísimas áreas verdes, además de que es ideal para la familia por los juegos que se han instalado, y los asados que muchos aprovechan a realizar en sus instalaciones.

Pero si nos referimos al turismo natural en Copiapó, el gran referente es el Valle de Copiapó, desde donde nacen los ríos Manflas, Jorquera y Potro, los cuales a su vez son afluentes del propio río Copiapó. Es tal su importancia geológica, que científicos destacados como visitaron distintas zonas de este recinto para estudiarlo, como por ejemplo en los casos de Charles Darwin, Ignacio Domeyko y Hernán Burmeister.

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