Si pensamos en el territorio de Italia, y dentro del mismo, en sitios que sean atractivos turísticamente, una de las ciudades que de seguro vamos a nombrar primero es la de Venecia, famosa por sus góndolas y calles llenas de agua. Pero dentro de la misma, a su vez, podemos encontrarnos con históricos recintos, como por ejemplo el famoso Palacio Ducal, del cual vamos a hablar a continuación.
Lo primero que debemos decir de este palacio, conocido en italiano como “Palazzo Ducale”, es que el mismo se encuentra ubicado en el extremo oriental de la Plaza de San Marcos, siendo uno de los símbolos del antiguo poderío de la ciudad que mejor se conservan actualmente, con la particularidad de que sus dos fachadas apuntan directamente a la mencionada plaza una, y la otra hacia la laguna de Venecia.
En cuanto a su historia, este sitio cumplió muchos roles distintos, considerando que funcionó por ejemplo como residencia de los dux, sede del gobierno y de la corte de justicia y prisión de la República de Venecia en tiempos en los que la misma se regía por fuera de los designios de una incipiente nación italiana, es decir, que era autonómica.
Con el correr del tiempo, entre los espacios del exquisito mármol utilizado para su construcción, se fueron levantando algunas historias y mitos, como por ejemplo el que hablaba de que los condenados a muerte en la vieja Venecia eran obligados a dar una vuelta en torno a las columnas exteriores sin resbalar para que se les perdonara la vida, aunque claro, casi nadie lo lograba.
Por otro lado, es muy curioso ver para las personas que pasan toda una jornada visitando el palacio, cómo el color del mismo se va modificando conforme pasan las horas, ya que pasa de un blanco muy claro a la sombra, a una tonalidad que se acerca mucho más al rojo cuando comienza a caer la tarde.