Las ciudades donde vivió Sissi se constituyen en una de las rutas imprescindibles, no solamente para disfrutar de los destinos más encantadores, sino para repasar la historia europea de hace dos siglos
Si por algo se ha distinguido la vida de la Emperatriz Sissi, aparte de su consabida rebeldía ante su destino, es por no haberse quedado permanentemente en palacio, y haber disfrutado de innumerables viajes a destinos que dejaron huella en la personalidad de este singular personaje histórico. Son las ciudades donde vivió Sissi.
Muchas veces por obligaciones de la corona, y otras por su frágil salud. Pero en cualquier caso, constituyendo un atractivo itinerario que te servirá para conocer una parte muy importante de la historia centroeuropea, y porque no, también un oportuno pretexto para escaparte por la costa oriental mediterránea, siguiendo el rastro de esta personalidad del siglo XVIII.
Obligatoria será la cita para acudir a sus dos patrias: Alemania y Austria, en enclaves naturales de especial belleza. Incluso te harán desviar tu ruta de los tradicionales centros de poder de la monarquía austriaca, para visitar uno de los lugares turísticos por excelencia, la isla griega de Corfú. Contrastes no te van a faltar a la hora de visitar las ciudades donde vivió Sissi. Desde luego que no.
Ciudades donde vivió Sissi
El lugar de nacimiento de la Emperatriz de Austria (1837), Munich, será la excusa perfecta para iniciar este pequeño viaje para indagar en la vida de una las emperatrices más recordadas por la historia. Y que mejor forma, que recreándote en los muchos palacios que fueron testigos de los pasos de la joven reina. Nymphenburg será una de las citas obligadas en la capital bávara, al ser la residencia de verano de la familia Wittelsbach, dinastía gobernante durante muchos años de este lander alemán, incluido el período de Isabel. Y si te gusta el arte, tampoco debe faltar la Residencia de Munich, con más de 600 años de historia a cuestas, y una cuidada oferta cultural que no deberás perderte.
Viena, el deber de la corte
Callejear por esta ciudad es sumergirse en un paseo por la historia, que permite contemplar diversos estilos arquitectónicos en sus edificios, museos que rinden homenaje al pasado y tratan de ensalzar la cultura austrohúngara a la que estuvo vinculada su emperatriz. Así como las muchas maravillas que alberga esta parte tan importante del continente europeo: la Ópera, la Cripta Imperial, y su más diversos palacios: Belvedere, Hofburg o Schönbrunn. El recuerdo de Sissi siempre estará presente en la visita, pero si deseáis algo más original, quizá la Iglesia de los Agustinos sea la solución más idónea, ya que fue aquí donde contrajo matrimonio con el Emperador de Austria, Francisco José I.
Budapest, su gran amor
Dentro de las ciudades donde vivió Sissi, esta importante urbe europea juega un papel muy importante en su vida. Hasta el punto que a su hija pequeña la llamaba “mi hija húngara”. Será necesario que te dirijas hasta uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad para comprobar el hechizo que ejercicio sobre la soberana. No es otro que el Bastión de los Pescadores, situado en la colina de Buda, y desde podrás tener las mejores vistas: con el río Danubio y el edificio del Parlamento al fondo. Y muy cerca, la iglesia de San Esteban, en donde fue coronada como reina de Hungría.
Corfú: una escapada para el relax
Fue el sitio elegido para reponerse de su delicado estado de salud, o quizás para escaparse del boato de la monarquía centroeuropea. Actualmente es la segunda isla más poblada de Grecia. Y en donde encontrarás un rato para descansar y relajarte, probablemente en una de las mayores playas, no solamente de país, sino del mundo. No en vano, estarás ante uno de los principales destinos turísticos. Si quieres llevarte un buen recuerdo, no te olvides de ir a la Fortaleza Vieja, ya que desde este escenario tendrás uno de los paisajes más románticos del Mediterráneo, y de los que frecuentemente admiró la emperatriz europea durante su estancia en las islas griegas. Intenta que la visita sea al atardecer, ya que será el momento más mágico para recordarlo.
Baja Baviera y sus recuerdos de infancia
Y te dejamos para el final el más idílico de los escenarios, en donde se desarrolló la infancia de la que aún era Isabel de Baviera. Se trata de la Baja Baviera, su tierra natal y más querida. Repleta de infinidad de asombrosos castillos, más propios de cuentos y hadas que de historias reales. No puede faltar Hohenschwangau, en donde podrás admirar los frescos que vinculan su historia con la mitología alemana. Tampoco Oberammergau, en plenos Alpes Bávaros, en un entorno de especial belleza. Y qué mejor manera para despedirte de este itinerario que acudir al castillo de Possenhofen, una elegante residencial real a orillas del lago de Starnberg, propiedad de su familia paterna.
Seguramente una vez que hayas finalizado este interesante viaje, tendrás un poco más de idea de lo que representó esta emperatriz en la historia del viejo continente. Aunque se agrandarán tus problemas para designar cual ha sido la ciudad o destino que más te ha gustado de todos. Con las mismas complicaciones que la época que lo tocó vivir a este personaje realmente inconformista.