SAN PEDRO DE ATACAMA
La inmensidad del desierto, tierra y cielo se funden en una línea infinita hacia un horizonte de colores. Cielos que rebalsan de estrellas y suelos cubiertos de minerales conforman los particulares paisajes del altiplano chileno. En su inmensidad existen lugares imperdibles, como el Valle de la Luna, el Valle de la Muerte o la Cordillera de la Sal, con esculturas naturales; o los Géiseres del Tatio, a 4.300 metros sobre el nivel del mar, con fumarolas de las cuales brotan aguas que superan los 85°C de temperatura.
Entre las excursiones, vale la pena visitar las Ruinas de Tulor y sus construcciones antiguas o bañarse en las aguas termales de Puritama. Lo que no puede faltar en una visita al pintoresco pueblo de San Pedro de Atacama y su salar, con sus lagunas llenas de flamencos; tampoco el tour al lago Chungará, uno de los más altos del mundo, o la aventura al volcán Ojos del Salado, el más alto de Sudamérica. Finalmente, la excursión al fértil Valle del Elqui, fuente de energía misteriosa, o la visita a los observatorios astronómicos para admirar el firmamento.
PUCÓN
Montaña, nieve y volcanes con cumbres nevadas, bosques milenarios, praderas y ríos, así es el sur de Chile. Campos de golf a orillas del lago, pesca con mosca o navegación a vela son algunas de las propuestas de Pucón, a las que se suman sus termas y spas, verdaderos paraísos silvestres. Para quienes buscan la acción, el activo volcán Villarrica desafía a deportistas y aventureros con su centro de esquí y su gran lago para navegar. Rafting, trekking, paseos en mountain bike o jeep o agradables cabalgatas hacen de Pucón un destino único para aventureros. La gastronomía también tiene un lugar preponderante con el salmón, la cocina mapuche y las cervezas artesanales como protagonistas de su carta.