Una antigüedad es todo objeto con más de cien años. Ten en cuenta que si ha sido restaurado, puede subir o bajar su precio. También es importante su contexto, autor y materiales. Si dispones de poco dinero, ten presente ciertas recomendaciones:
1. Determina que objeto quieres: Antes de comprar piensa qué quieres y qué uso le darás. No se trata de comprar por comprar. Piensa bien tu compra.
2. Valora la pieza: El tamaño no importa, sino la calidad, técnica, material y uso del objeto, es decir, con qué y cómo fue elaborado (a mano o por un sistema mecanizado), así como un función: si son sólo ornamento o cumplen alguna tarea distinta, como los objetos de culto. El nivel de demanda también es importante, ya que eleva el costo de la pieza. Si tiene algún daño (manchas, hongos o golpes) su valor de compra disminuye. Toca y mira cada uno de los detalles. En las esculturas de mármol, por ejemplo, podrás darte cuenta en sus tonalidades, si ves secciones blancas y otras amarillentas cremosas, significa que ha sido reconstruida.
3. Evita ser engañado: No es tan fácil identificar si el objeto es auténtico o falso, se debe ser un experto en el tema y poseer un ojo crítico bien desarrollado. Por eso, adquiere tus antigüedades en lugares establecidos. Pide nota, documentación y certificado. Revisa la pieza minuciosamente. Analiza todas las características antes de comprarlo (materiales, colores, tallados, época, autor, etc). Por ejemplo, si un cuadro que presume ser del siglo XVII tiene tonos anaranjados y rojos intensos, es falso, ya que en dicha época aún no existían esos colores.
4. Cuida tus pertenencias: El enemigo número uno es la luz, aleja el elemento de cualquier entrada directa como ventanales, así evitarás que tu pieza se dañe. Evite los lugares húmedos, en los muebles esto puede generar hinchazón, cuarteo y rotura de la pieza.