Vaduz es la capital del principado de Liechtenstein, uno de los países más pequeños del mundo, pero también de los más bonitos, pues enclavado entre los países de Austria y Suiza, en su diminuta superficie se aglomerara alguno de los paisajes más imponentes que pueden tenerse de los Alpes, para lo cual la ciudad de Vaduz constituye un observatorio excelente.
Pero además de ser muy bonita, la capital de Liechtenstein cuenta con la ventaja de la tranquilidad típica de las ciudades pequeñas, y al tratarse de un destino poco congestionado, perfectamente podría recorrerse a Vaduz completamente a pie, y así disfrutar al máximo de sus atractivo y de los increíbles paisajes montañosos que siempre están presentes. Para esto especialmente recomendable es el Castillo de Vaduz, el cual si bien no acepta visitas por ser la residencia oficial del Príncipe de Liechtenstein, sí puede accederse a sus alrededores y apreciar desde allí un elevado panorama del resto de la ciudad y de los Alpes circundantes.
También, debido a su tamaño, Liechtenstein cuenta con la facilidad de que movilizarse es bastante rápida, por lo que desde su capital podrás visitar muchos otros sitios del país en el día, y así disfrutar al máximo de todos los atractivos naturales. Pero, si en cambio, optas por conocer un poco más de Vaduz, te aconsejamos que visites alguno de sus variados museos, que están fuertemente vinculados con la cultura local, como lo es el Museo del Esquí, el Museo Nacional y el Museo de las Estampillas. Y si quieres contemplar algo de arte internacional, lo mejor es el Museo de Arte, donde se exhiben obras de grandes maestros como Rembrandt.
Y teniendo en cuenta que los terrenos altos y frescos son excelentes para la vitivinicultura, y que los viñedos conforman parte latente del paisaje de Vaduz, no puede negarse que los vinos de la capital de Liechtenstein merecen un alto en cualquier recorrido para poder hacer honor a sus sabores, especialmente si se consumen en un entorno típico de la cultura germana.