Baiona, Pontevedra, ha sido uno de los puertos mas destacados de la historia de Galicia, y de España. En la Edad Media era uno de los pocos que tenia permiso de importación y exportación en la península, lo que hizo de Baiona una villa señorial.
Situada en lo alto de una Montana, a modo de atalaya defensiva, su posición estratégica en la entrada de la Ría de Vigo le llevo a ser considerada un objetivo militar importante, por lo que sufrió numerosos asedios, de Portugal, de Gran Bretaña… Pero Baiona era, además un importante baluarte defensivo que la hacia prácticamente inexpugnable, como lo demuestran las fortificaciones conservadas, como el castillo de Moterreal, hoy Parador Nacional de Turismo.
Además Baiona es única por el hecho de ser el puerto al que arribó la carabela Pinta, capitaneada por Don Alonso Pinzón de regreso del descubrimiento de América, por lo tanto fue la primera ciudad de Europa que tuvo conocimiento de la existencia del nuevo continente. Esto le valió grandes privilegios por parte de los Reyes Católicos que se tradujo en una gran prosperidad. La carabela Pinta original se conserva aun en Baiona, en un museo, aunque en el puerto hay anclada una replica perfecta que se puede visitar y es una de las grandes atracciones de la ciudad.
Como su paseo marítimo, renovado y ampliado, lugar perfecto para darse una vuelta, contemplar la bahía o irse de compras, pues todas las casas del frente, típicas construcciones blancas con galerías de cristal, exponente de la arquitectura gallega, cuentan con establecimientos para shopping.
Si se busca un toque cultural para la visita, basta con adentrarse en el casco antiguo, surcado de estrechas callejuelas empedradas, y de edificios señoriales, iglesias, Pazos con soportales, plazuelas y fuentes.
Para descansar del paseo nada mejor que tumbarse un rato en alguna de las preciosas playas de la zona, si el tiempo lo permite. Y para el que se haya quedado con ganas de hacer deporte, puede dedicarse al surf en la zona de la torre, más allá del castillo.
Marga G.Chas Ocaña