Cada año son miles las personas que deciden hace el Camino de Santiago. Para ello, nos podemos encontrar diferentes alternativas, pero una de las que más está creciendo en los últimos tiempos es el Camino Portugués con parada en el Balneario de Mondariz. Este versión te permite disfrutar de una mayor riqueza histórica y natural, así como de las Rías Baixas. Además, el balneario es perfecto para recuperarnos del esfuerzo realizado mediante alguno de sus programas de masajes pensados para toda la familia.
Balneario de Mondariz, un destino termal histórico en las Rías Baixas para descubrir el Camino
El Camino Portugués destaca por estar mucho menos masificado que el Camino Francés, siendo además la opción perfecta para realizarlo en otoño. A todo esto hay que sumarle una interesante mezcla de patrimonio cultural y natural, donde se da cita lo portugués con lo gallego.
Si entre etapa y etapa quieres darte un buen respiro y descansar o aprovechar tu recorrido por el Camino Portugués para escaparte a Mondariz, descubrirás en esta villa el balneario más famoso de Galicia, fundado a finales del siglo XIX sobre el asentamiento romano que dio fama a sus aguas mineromedicianles. La localidad se encuentra a 20 km de O Porriño, a 18 de Redondela y a 91 km de Santiago de Compostela, con buenas comunicaciones entre los puntos citados de la ruta portuguesa para desplazarte.
La ruta comienza en Lisboa, cruzando Portugal de sur a norte para entrar a España a través de Tui (Pontevedra) y de ahí 120 km hasta Santiago de Compostela. Sin embargo, cada peregrino elige desde dónde lo inicia, siendo Oporto y la localidad de Tui -ya en la orilla española del Miño- los puntos más elegidos cada temporada. Y en medio del camino, como un descanso donde te puedes alojar, recuperar del tramo o simplemente descansar y conocer la riqueza termal gallega, está el Balneario de Mondariz.
Balneario de Mondariz
Aunque el uso de las aguas se remonta a la época de la romanización, se puede decir que la historia del Balneario de Mondariz comienza en 1873, cuando las aguas de sus manantiales son declaradas de utilidad pública por el gobierno español a iniciativa de los hermanos Enrique y Ramón Peinador. En 1872 la familia Peinador adquiere los terrenos de donde surgen sus aguas y en las primeras décadas forman una empresa orientada hacia el termalismo de élite. El creciente número de agüistas y el prestigio alcanzado por las aguas obliga a crear el Gran Hotel, inaugurado en 1898 y encargado a Genaro de la Fuente. Además, en las primeras décadas del siglo XX el arquitecto Antonio Palacios realiza la remodelación de la Fuente de Gándara, así como de la construcción de los demás edificios que conforman la villa termal actual.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX se convierte en uno de los balnearios más importantes de España y de Europa. En los años 80 empieza su reconstrucción y se convierte en una tradicional villa termal adaptada al siglo XXI.