A todos nos encanta salir de compras y volver a nuestros hogares repletos de artículos nuevos, sin embargo en ciertos lugares donde lo que para nosotros consiste en una simple actividad cotidiana, en otros involucra toda una ceremonia.
Por ejemplo, si visitamos Marrakech, una de las ciudades más importantes de Marruecos en el continente africano, y recorremos las zonas de los mercados de la ciudad, podemos introducirnos en un entramado laberinto de pequeñas calles, dónde puede resultar muy fácil extraviarse. Pese a esto, no debemos aceptar la presencia de guías, quienes ofrecen su ayuda muy gentilmente y que seguro nos llevarán a lugares de conveniencia para ellos, además de cobrarnos una elevada comisión por las adquisiciones.
Claro está que no se trata de un centro comercial común y corriente, sino del Souk o zoco, que se extiende en los alrededores de la plaza Jemma el Fna. En este sitio podemos encontrar diferentes sectores de tiendas dedicadas a diversos rubros: alfombras y pieles, tintorerías, el zoco de la lana, el de herreros, de especias y perfumes, entre otros.
Este tipo de sitios son ideales para obtener todo tipo de productos autóctonos como bolsos, lámparas, bandejas, vestidos típicos de diferentes telas, objetos tradicionales beréberes, como así también una amplia variedad de condimentos para cocinar, perfumar o de uso cosmético.
Cabe mencionar que este lugar tiene sus reglas y tradiciones. Tan pronto un visitante ingresa a una tienda el propietario le ofrece té de menta en signo de amistad, y, luego de beber la infusión recién entonces le mostrará todos los artículos que puedan interesarle. Una vez realizada la elección de los productos, el vendedor entrega un trozo de papel donde los clientes anotan el precio global que están dispuestos a abonar y si el monto no es del agrado del comerciante, éste escribirá otra cifra, y así sucesivamente hasta llegar a un acuerdo.
Eso sí, debes tener cuidado y cortar todo intento de negociación en caso de no querer efectuar una compra, ya que si realizas toda esta ceremonia y no llevas nada, las personas lo tomarían como una ofensa. El regateo no es un juego para ellos.
Vía viajeaafrica.com