Praga es una ciudad con muchos nombres, se le ha llamado –el corazón de Europa-. –la ciudad de las cien torres-, –la ciudad dorada-…. Todos ellos se quedan cortos ante la majestuosidad de sus palacios, templos, de sus avenidas y puentes…la belleza de su trazado y su porte de ciudad de cuento unido a la cantidad y calidad de sus edificios monumentales le han valido el designio de Patrimonio de la Humanidad. La cantidad de turistas que la visitan cada ano la convierte en uno de los 20 destinos preferidos del mundo.
Capital de la República Checa, en Praga hay que verlo casi todo, porque no tiene desperdicio, pero vamos a destacar un par de imperdibles. El primero el que ofrece una de las postales mas conocidas de Praga, el Puente Carlos, que debe su nombre a Carlos IV y se termino el siglo XV. El puente une los dos barrios mas emblemáticos de la ciudad, la Ciudad Vieja y Malá Strana, el Barrio Pequeño, uno de los de mayor importancia histórica, por encima de las aguas del caudaloso río Moldava, que aunque no lo parezca, se ha desbordado varias veces causando grandes destrozos.
Es una obra de ingeniería avanzadísima para su época, mide casi10 m. de ancho y más de 500 de largo. Descansa sobre 16 arcos protegidos por guardahielos, esta decorado por 30 estatuas y protegido por tres torres, dos de ellas en Malá Strana y una en la orilla dela Ciudad Vieja, que esta considerada como una de las construcciones góticas mas impresionantes del mundo.
Hay un montón de obras increíbles que ver, El Loreto, el Castillo, el Reloj Astronómico, la Catedral de San Vito, el antiguo Palacio Real, el Callejón de Oro, la Torre de la Pólvora, la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, San Nicolás…
Sin embargo me gustaría dedicarle unas líneas a un lugar no tan grandioso, pero que se encuentra entre los lugares más sobrecogedores del mundo, el Antiguo Cementerio Judío, Situado en Josenov, el Barrio Judío.
Durante 300 anos fue el único lugar donde estaban permitidos los enterramientos religiosos y por ello las lapidas, de todas las clases, pero la mayoría muy sencillas, se amontonan para conmemorar el recuerdo de los que yacen en sustratos de hasta diez capas de profundidad, porque no estaba permitida la ampliación, así que la única posibilidad era cavar mas hondo. Se calcula que entre sus muros hay enterradas mas de 100.000 almas.
El Cementerio Judío se creo en 1439, es el pasado intacto, el recuerdo vivo de una parte de la Historia y sin duda uno de los lugares más impactantes y místicos de Europa.
Quisiera dedicarle este post a Marina, que abrumada por la opresión del entorno, tuvo que salir emocionada y cogió el teléfono para contármelo.
Marga G.-Chas Ocaña