El deporte, y las construcciones, terminan formando parte de la cultura de un país, y si hablamos de cultura a nivel europeo, Praga es una de esas ciudades que uno nunca puede dejar de visitar. En este caso, no obstante, vamos a dejar de lado su centro, la Ciudad Vieja, para meternos de lleno en el estadio más grande de Europa, el de Strahov, que posee capacidad para alrededor de 220.000 personas sentadas, y sólo es superado en el mundo, por el Circuito de Indianápolis.
De esta forma, nos encontramos con un recinto que si bien ya no se usa para acontecimientos deportivos, sigue teniendo una relación estrecha con el fútbol local, por ser el sitio de entrenamiento del Sparta Praga, uno de los clubes más populares de la República Checa, además de que ha sido condicionado especialmente para albergar espectáculos masivos de todo tipo, especialmente recitales.
El estadio, que se encuentra ubicado sobre la colina Petřín, una de las que ofrece las mejores panorámicas de la ciudad, y especialmente de la parte antigua de la misma, es de fácil acceso, ya que podemos llegar a él sólo en cuestión de segundos, mediante el funicular Petrin, uno de los medios de transporte más famosos de la localidad, y que sube la colina constantemente.
En cuanto a la historia del mismo, es necesario destacar que su construcción comenzó en 1926, cuando todavía se utilizaba madera para levantar este tipo de recintos, en un espacio de 63.500 metros cuadrados que le permiten tener, por ejemplo, hasta ocho campos de entrenamiento de fútbol de dimensiones oficiales, además de otros de fútbol sala.
El estadio, que data de la Primera República Checoslovaca, fue entonces utilizado para exhibiciones en la época comunista del mismo, para reemplazarlas por las estelares actuaciones de artistas como Pink Floyd, Guns N’ Roses, The Rolling Stones, U2 y Genesis en épocas más recientes, convocando a más de 100.000 personas en cada uno de los casos.