El invierno en Texas facilita la práctica de una de las actividades más apasionantes para aquellos que la practican: el avistaje de aves. No hay nada como observarlas en su habitat natural, sobre todo en un paisaje extenso de casi 965 kilómetros de playas cálidas sobre el Golfo de México, mechados con parques y grandes promontorios de piedra que crean vistas espectaculares. Además de la pesca, la posibilidad de hacer camping y aprovechar la costa, el litoral texano brinda más de 250 días de pleno sol durante todo el año lo cual permite aprovechar la época de frío.
Tan larga extensión de terreno exige decidir desde dónde comenzar el recorrido. Los amantes de la historia pueden comenzar explorando el Distrito Histórico del Litoral de las Islas Galveston, con sus mansiones famosas y más de 51 km de playas. La Costa Central del Golfo ofrece museos como el de Corpus Christi, el Acuario Estatal de Texas y las arenas de la Isla Mustang. En las proximidades de Port Aransas y Rockport-Fulton hay varias aldeas de pescadores que se han transformado en el sitio ideal para pasar unas vacaciones invernales tranquilas y lejos del mundanal ruido. Más al sur, el Litoral Nacionald e Padre Island tiene 129 km de playas casi vírgenes con dunas de arenas blancas rodeadas de propuestas para realizar excursiones en contacto con la naturaleza.
Los pájaros, un regalo del ecosistema
Más de 650 especies de pájaros para oibservar y catalogar coexisten en la que se denoina la Capital de la Observación de Pájaros de América. De acuerdo con la Asociación Americana, el Estado de Lone Star es el más popular de todo Estados Unidos.
El placer comienza en Beaumont y se extiende hasta el Valle del Río Grande. Este camino conecta más de 300 puntos de observación con la población más variada. El Worls Birding Center también ha determinado una red de nueve locaciones apostados a lo largo de 193 km de la costa del Río, desde el oeste de South Padre Island hasta Roma, en el Valle. Otros lugares famosos son Texas Hill Country y Piney Woods en el este.
La opción más rústica para los fanáticos es el Big Bend Country, donde también disfrutar de un viaje Gourmet por los Cañones del Río Grande, en el Parque Nacional de Big Bend. La creatividad de los platos se acompaña con músicas típicas en cadauno de los locales a lo largo del camino.