Los viajeros que planean volar desde o hacia España tendrán que seguir adaptándose a la norma de sacar los líquidos de su equipaje de mano, al menos durante un tiempo más. A pesar de las expectativas generadas el año pasado, el Gobierno español confirma la continuidad del actual esquema de control para líquidos dentro de las cabinas de avión, hasta que se implementen dispositivos adecuados para escanear estos elementos dentro de las maletas.
Expectativas incumplidas
Aunque AENA anunció en 2022 la posible relajación de esta normativa gracias a la introducción de escáneres en 3D, capaces de inspeccionar con detalle el interior del equipaje, este cambio no se materializará tan pronto como se esperaba. A partir del 1 de febrero, entra en vigor una nueva actualización del Programa de Seguridad Nacional de Aviación Civil que mantiene, para sorpresa de muchos, la obligación de presentar los líquidos en recipientes de hasta 100 mililitros, dentro de una bolsa transparente de un litro, para su revisión en los puntos de control.
¿Qué sigue siendo un líquido para el aeropuerto?
La lista incluye desde perfumes, cremas, y champús hasta pasta de dientes, mermeladas y lociones. Se permite la inclusión de medicinas líquidas o dietas especiales que sean necesarias durante el viaje, siempre y cuando, idealmente, se cuente con una justificación médica. Los agentes de seguridad podrán solicitar la apertura de estos recipientes para su inspección, y su aprobación es determinante para poder llevarlos a bordo.
La promesa de la tecnología
Los nuevos escáneres en 3D, comparables a la tecnología de un TAC, han empezado a funcionar en algunos aeropuertos de Estados Unidos, sentando un precedente para su implantación en España. Los aeropuertos de Barajas en Madrid y El Prat en Barcelona serán los primeros en realizar pruebas. Se espera que, entre 2025 y 2026, esta tecnología llegue a otros importantes aeropuertos del país, como Palma de Mallorca, Málaga-Costa del Sol, Gran Canaria y Bilbao, entre otros.
¿Por qué mantener la norma?
La decisión de posponer el cambio en la regulación sobre líquidos responde a la necesidad de garantizar la seguridad en los vuelos, mientras se espera el despliegue completo de los nuevos sistemas de escaneo. Aunque esta medida pueda resultar incómoda para los viajeros, desde la perspectiva de las autoridades, la precaución prima sobre la conveniencia.
En conclusión, los viajeros deberán armarse de paciencia y seguir ajustándose a las reglas sobre el transporte de líquidos en el equipaje de mano, al menos hasta que la tecnología prometida esté plenamente operativa en los aeropuertos españoles. Mientras tanto, es esencial estar al tanto de las actualizaciones y recomendaciones de AENA y las autoridades de aviación, para evitar contratiempos en nuestros desplazamientos aéreos.