CAUTIVANTE, ÚNICA, LLAMATIVA, diminuta y llena de historias. Isla de Pascua es de esos lugares donde siempre hay algo por descubrir. Sus playas son paradisíacas, su ritmo, envidiable; sus bosques de palmeras tupidos, como para no salir más, y sus atunes, para volverse adicta. Claro que eso no es todo. Cientos de estatuas ancestrales, llamadas Moai y levantadas de espaldas al mar, terminan por transformarla en un maravilloso enigma.
No por nada los artistas italianos Marco Nereo Rotelli y Mateo Ferretti eligieron este lugar perdido en el océano Pacífico para realizar el proyecto «Moai: el viaje de luz», producido y apoyado por la Fundación Mare Nostrum, Louis Vuitton y el gobierno de Chile.
La fundación junto a los artistas ha organizado durante el último tiempo una serie de intercambios artísticos con la isla y para este año tienen planificadas dos exhibiciones inspiradas en Isla de Pascua, que serán presentadas en el Espace Louis Vuitton de París.
Además de eso, se inaugurará la nueva Fundación Rapa Nui, que tiene la misión de proteger el patrimonio e identidad del pueblo pascuense y promover el desarrollo sustentable del lugar. Todos estos actos terminarán a principios del 2010, con el viaje de un Moai a París; Moai que será elegido y restaurado por un grupo de arqueólogos y cientistas chilenos e italianos.
En definitiva, sacar a la luz la importancia de la herencia cultural y la creatividad de Isla de Pascua, y mostrarla al mundo, es el desafío.