Los mejores meses para viajar a Islandia son sin duda los de verano, desde junio hasta finales de agosto, el clima es bastante moderado, y los días son largos y soleados aunque inestables, con viento y lluvia ocasionales. Aún así es raro que la temperatura suba de los 20º, bajando considerablemente por las noches.
La mayoría de los pueblos y ciudades se sitúan en la costa, ya que el interior resulta muchísimo más inhóspito y cualquier viaje puede acabar en fracaso al encontrar pistas y carreteras cerradas por el hielo.
Si uno quiere moverse por la isla, lo más práctico es alquilar un todoterreno, aunque no resulta barato y hay que informarse antes muy bien sobre las carreteras, Para distancias largas resulta más práctico coger un vuelo doméstico. Todos los transportes colectivos tienen bonos, tanto los aviones como los autocares (hay un Pasaporte Circular, un abono para el autobus que recorre la isla y se puede usar sin límite de tiempo y otro oara cercanías, el Omnibus). Por mar puede se puede coger el ferry.
No hace falta pasaporte, con el DNI es suficiente. Aunque el idioma oficial es el islandés, todo el mundo habla inglés. La moneda es la corona islandesa, hoy el cambio está a 1 EUR = 169.2652 ISK, pero el euro se acepta sin problema, igual que la mayoría de las tarjetas de crédito. La diferencia horaria es mínima, de1 a2 horas dependiendo de la temporada.
En la maleta: ropa de abrigo y para agua aún en verano. Impermeables y botas resistentes. Bañador para las piscinas naturales (muchas de agua caliente). Imprescindible protección solar.
Las actividades más populares son trekkin a los espacios naturales impresionantes. Paseos a caballo o en kayak por determinadas zonas. Salidas desde el puerto de Husavik o Akureyri para avistamiento de ballenas. También excursiones de birdwatchinh.
Excursiones a la caza de auroras boreales: el mejor lugar es la isla de Grímsey, situada al norte y la mejor época de mayo a junio.