Hace un par de meses, llegó a los cines no sólo de España sino de todo el mundo, la película en tres dimensiones de Los Pitufos, estos clásicos personajes azules que han hecho divertir a varias generaciones. Lo curioso del caso, es que esta vez la producción se realizó en un pueblo común y corriente, como cualquier otro, en concreto el de Júzcar.
Este pequeño poblado de apenas 250 habitantes, que se encuentra situado en la sierra de Málaga, en España, se transformó de la noche a la mañana para poder acoger a los actores, productores y diseñadores, de modo que muchas de las viviendas locales fueron pintadas especialmente de color azul para poder adaptarse a las necesidades de la villa de Los Pitufos.
Sin embargo, lo más curioso del caso es que se esperaba que en estas semanas, a dos años de haber comenzado los montajes de grabación, la mayoría de las casas recuperaran sus colores originales, en muchos de los casos en distintos colores pastel. Sin embargo, el alcalde local ha tenido una reunión en la que concordó, con todos los vecinos, que lo mejor para el futuro de la ciudad no es otra cosa que mantener las casas azules.
El caso es que, como el propio David Fernández, alcalde de Júzcar, ha manifestado, “en el tiempo que llevamos en azul nosotros calculamos unos 210.000 visitantes en el pueblo, y dos años después nos siguen visitando los turistas”, de forma que en estos tiempos de recesión que estamos viviendo, no se puede descartar la posibilidad de acumular ingresos de este modo tan particular.
“Hay algunas quejas, que se ha perdido la tradición del pueblo blanco pero, en su mayoría, están contentos”, agregó al respecto el propio funcionario, quien además ha manifestado que las casas seguirán de azul mientras los turistas pregunten en Málaga y otras ciudades cercanas acerca de donde queda aquel pueblo en el que vivían Los Pitufos.