Viajamos a una pequeña ciudad alemana que continua su reconstrucción tras el desastre sufrido en la Segunda Guerra Mundial. En sus calles se respira modernidad combinada con algunos edificios que tratan de reflejar lo que algún día fue. Entre todo eso, nos encontramos con la catedral de Colonia, un imponente edificio que mantiene algunos achaques del pasado, como su oscura fachada pintada de pólvora.
Nuestro viaje comenzó como cualquier otro. Llegamos al aeropuerto y de ahí cojimos un rápido tren al centro de la ciudad (Estación Central de Colonia, en alemán Köln Hauptbahnhof). Al salir, lo primero que nos encontramos fue la impresionante catedral de Colonia que nos hizo mirar arriba, y más arriba, y más arriba, hasta llegar a su último pico. Como erá de noche, no hicimos nada más que pasear un poco por las iluminadas calles y retirarnos pronto al hotel para emprender la marcha con ritmo a la mañana siguiente.
En un fin de semana, logramos descubrir algunas de las maravillas de esta pequeña ciudad. Desde su arte a su catedral, sin olvidarnos de tomarnos unas buenas cervezas al son de la música en directo que en algunos bares aún suena. Si queréis saber más, ahora os cuento, punto por punto, algunos de los principales atractivos turísticos de esta encantadora ciudad.
La catedral de Colonia
Es el monumento más visitado de Alemania y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996. Con estilo gótico y 157 metros de altura, su exterior resulta realmente impresionante, aunque la parte interior no tiene nada que envidiarle, especialmente por sus vitrales (la gran mayoría posteriores a la Segunda Guerra Mundial pues fueron destruidos), sus mútiples órganos y su amplio espacio lleno de reliquias religiosas.
Cuando entres en la catedral de Colonia no te puedes olvidar de contemprar la arqueta gótica que contiene las reliquias de los Reyes Magos. Y si te animas a subir a lo más alto (para lo cual tendrás que pagar) ¡abrigate bien! Las escaleras son realmente enanas y empinadas (no aptas para claustrofóbicos) y en la parte de arriba no hay vidrieras entre los arcos, así que notarás el frio viento.
Por último, cuando llegues a la parte más alta, te encontrarás con unas impresionantes vistas de la ciudad aunque cuando mires hacia las piedras que conforman la catedrál no podrás evitar acordarte de el padre, la madre y toda la familia de anteriores visitantes que han decidido dejar su huella con todo tipo de rotuladores permanentes y tipex. ¡Hacía tiempo que no veía un monumento tan pintarrajeado!
Arte en Colonia
Una de las cosas que más me sorprendieron cuando visité esta pequeña ciudad alemana fueron las obras artísticas que alberga el museo Ludwig. Sin ser una experta en el tema, aunque sí una apasionada de las vanguardias y el arte contemporáneo, al recorrer este museo me encontré muchas obras a las que mis profesores de universidad y otros entendidos habían hecho referencia en alguna ocasión. Si bien las conocía por haberlas buscado en libros o en Google, verlas en persona (sin ni siquiera haberlo buscado) fue una de las experiencias que mantendrán Colonia en mi memoria por mucho tiempo.
Sin duda, nunca había visto tanto arte pop americano en un mismo lugar. Obras de artistas como Roy Lichtenstein, Andy Warhol, Jaspen Jones, James Rosenquist, Robert Rauschenberg, George Segal y Tom Wesselmann, además de algún que otro Picasso, cuadros de Léger, Braque, Pollock, Max Ernst, Mondrian, Klein, Dalí, Otto Dix, Magritte y Matisse, y fotografías de Man Ray, completan una colección de obras de primera. 100% recomendable para quien visite esta ciudad.
También podéis ver arte medieval en el Museo Wallraf-Richartz, una extensa colección arqueológica de la época romana en el Museo Romano-Germanánico y el arte y cultura de pueblos no europeos (arte hindú, tailandés, tibetano…) en el Museo Rautenstrauch-Joest de Colonia, entre otras ofertas culturales de la ciudad, aunque lo cierto es que no os puedo recomendar ninguno más pues no me dio tiempo a visitarlos en mi viaje a Alemania.
El Museo del Chocolate
Si hay algo que pudera considerar que «me defraudó» de la ciudad ese fue el Museo del Chocolate (Schokoladen Museum). Quizás esté bien para ir con niños, y no cabe duda que ví algunas cosas realmente interesantes, pero la forma en la que todo estaba colocado no tenia mucho sentido, e incluso me encontré con algunas repetidas.
Lo más interesante, para mí, fueron las antiguas máquinas expendedoras de chocolatinas, la evolución de las marcas, sus logotipos y envoltorios, las cajitas de chocolates, las tazas y las boutiques de chocolates. Sin embargo, la información sobre las cosas estaba, en ocasiones, solo en alemán, así que resultaba complicado entenderlo todo.
Al final, cuando leí que este museo donaba parte de sus beneficios a asociaciones que luchan contra el problema que existe en los países productores de cacao donde las condiciones de trabajo y explotación laboral están a la orden del día, sentí que al menos la contribución de la entrada serviría para algo bueno.
Cervezas y música en directo
Cuando pidas una cerveza en Colonia, no te sorprendas porque te la sirvan en una especie de vaso de tubo (en vez de en jarra, como manda la tradición alemana), y porque el sabor no sea especialmente fuerte (como todos pensamos que es la cerveza alemana). «Colonia is different», su cerveza se llama Kölsch y se caracteriza por su color claro, ligereza y alta fermentación. ¡A mi me encantó!
En cuanto al mejor lugar donde tomarte una cerveza en Colonia, sin duda es el paseo del río donde podrás contemplar la imagen de la catedral de Colonia y el puente (que fue reconstruido) iluminados por la noche. En los arrededores hay un montón de tiendas donde puedes comprarte una cerveza bien fresquita (incluso las hay que tienen el abridor colgando de la puerta) e irte con ella a pasear. Luego, no te preocupes por encontrar una papelera para tu botella, ya que allí existe el «refill» así que no tardarán en pasar por allí personas que te la pidan para conseguir unos céntimos.
Otros sitios que te recomiendo es Bier Museum (aunque en cuanto empieza la noche la música es atronadora) y el Papa Joe´s Jazzlokal donde disfrutamos de una buena actuación en directo en un pequeño sitio cuyas lámparas eran instrumentos musicales.
Espero que este recorrido de fin de semana por Colonia te sirva de ayuda para plantear tu próximo viaje. Cuando busqué información para el mio, solo encontraba referencias de la catedral de Colonia, y lo cierto es que esta ciudad tiene mucho más. No dudes en añadir comentarios con más atracciones turísticas de esta ciudad alemana y otros descubrimientos que tu mismo hagas en tu viaje. ¡Quizás me convenzas para volver!