Ljubljana: «la amada»

plaza preserenLa capital de Eslovenia, tiene por nombre Ljubljana. La mayoría de los historiadores coinciden en que su nombre proviene del término eslavo ‘Luba’ (amada). Sin duda no cabe mejor metáfora para definir lo que se experimenta tras volver de visitarla.

La Plaza de Prešeren es el centro de reunión más característico de Ljubljana. Preside la misma una estatua en bronce, con peana de piedra del escritor esloveno más ilustre, France Prešeren. Junto a su figura, la musa lo corona con una rama de laurel. A un lado de la plaza la Iglesia de San Francisco, a otro edificios representativos del Art Nouveau y en frente el famosísimo Puente Triple, unión entre la Ljubljana moderna y la antigua.

El deleite de esta ciudad es pasear por las callejuelas empedradas de su casco antiguo disfrutando de la arquitectura germánica modernista. Centro geográfico de la ciudad es la Plaza del Congreso.  Destaca en ella la perfecta armonía entre los estilos historicista, modernista y barroco de la arquitectura de la Iglesia de la Santísima Trinidad, la Academia Filarmónica o la Universidad.

Otro de los encantos que ofrece la capital eslovena es el río que la cruza, el Ljubljanica. Gracias a su amplio caudal puede navegarse en gran parte. Sin duda hacerlo, ofrece al viajero disfrutar de una perspectiva diferente y peculiar de la ciudad.

Preside la ciudad,a lo alto de la colina, el castillo de Ljubljana, datado del siglo IX. En el camino te vas encontrando unas maravillosas vistas de la ciudad. En el castillo, centro de celebración de distintos eventos, destaca la torre del Mirador para disfrutar de una panorámica de Ljubljana sin igual.

Y al despedirse de Ljubljana, un ‘brindis’, como el del himno de Eslovenia, estrofa de su hijo más ilustre, Prešeren: «La cosecha, amigos, terminó, y aquí, una vez más, el vino hace que se recuperen los ojos y corazones tristes y pone fuego en cada vena.»

 

Imagen: wikipedia

 

 

 

 

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