Hasta hace poco, Praia do Rosa era un tesoro escondido en el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil. A 80 km de Florianópolis pero distante del turismo, sólo la conocían los pescadores que allí tenían su morada y unos pocos más que deseaban guardar el secreto. Pero tal y como ocurrió con otras playas del extenso litoral brasileño la joya fue «descubierta» por surfistas, sabios en el arte de peregrinar.
Paulatinamente, esta pequeña aldea erigida en un morro zigzagueante de callejuelas de piedra se transformó en uno de los balnearios top del surf brasileño. Así llegaron nuevos pobladores, quienes imaginaron una vida más sana en este paraíso, donde construyeron encantadoras posadas con la certeza de que los visitantes no tardarían en arribar.
Ante la mirada atónita de los colonos, entre los nuevos visitantes aparecieron las ballenas. Son muchos los que se sorprenden al saber que se pueden ver ballenas en el sur brasileño. Sin embargo, en las bellas costas del estado de Santa Catarina el avistaje del gigante marino que llega a partir de junio desde la Antártida para aparearse, reproducirse y amamantar, ya es una costumbre .
Hoy en día la Praia do Rosa de Brasil forma parte del selecto club de las Bahías más Lindas del Mundo, una ONG fundada hace diez años con sede en Vanners, Francia, que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO. El invierno es el tiempo de las mejores olas, por lo ranto resulta ideal para el surf por su parte, el otoño invita tanto a darse un baño de mar como a realizar caminatas, cabalgatas y paseos por las islas que la rodean. y en verano es simplemente imperdible.
Hacia el sur de Praia do Rosa se sitúa la playa de lbiraquera, que además de ser sede anual del campeonato de windsurf, posee una hermosa laguna desde donde se ven los más espectacula¡es atardeceres. Es el primer lugar donde se puede entrar cuando las olas son mayores de tres metros.