Cuando hablamos de cruceros, la mayoría de las personas piensan en enormes barcos surcando las aguas de los principales mares y océanos del mundo. Pero esta no es la única opción ya que también existen los cruceros fluviales. Se tratan de viajes muy especiales donde poder disfrutar de entornos paisajísticos y culturales únicos, conociendo los destinos desde el corazón de las ciudades a la vez que se tiene una visión del territorio única. Si alguna vez te has planteado realizar uno de estos viajes pero aún tienes dudas de ellos, hoy queremos dejaros algunas razones por las que elegirlos.
Amplio catálogo de recorridos
Si estamos pensando en disfrutar de un crucero fluvial, lo primero que nos daremos cuenta es que podemos elegir entre una gran variedad de opciones, sobre todo en Europa. Aquí los protagonistas son los grandes ríos europeos, como son el Sena, el Danubio, el Rin o el Volga, por citar algunos de ellos, aunque también hay otros más originales como el Mekong en Vietnam. La elección ya dependerá de los gustos de cada uno.
Todo son facilidades
Los cruceros fluviales se han convertido en una de las opciones más cómodas de conocer la cultura y el territorio de otros países. Te permite disfrutar de un bonito paisaje subido en un barco y a muy pocos metros de la costa. Esta es una de las grandes diferencias con los cruceros por mar, donde en el trayecto lo único que se ve es agua. A lo largo del viaje, uno podrá disfrutar de distendidas charlas con amigos, a la vez que descansas. Se puede resumir que tiene todo lo bueno de un viaje organizado pero a la vez deja al pasajero que se programe su tiempo.
Fuera la masificación
Los barcos que navegan por los grandes ríos, no suelen ser tan grandes como los barcos que se mueven por los mares y océanos. Suelen llevar muchos menos pasajeros, lo que se traduce en una atmósfera más familiar, favoreciendo la comunicación y la convivencia con el resto del pasaje. Todo esto ayuda a intimar con el resto de viajeros o tener mayor facilidad para participar en las distintas actividades que se realicen a bordo.
Mayor estabilidad, menos mareos
Uno de los mayores problemas que ven las personas a la hora de contratar un viaje en barco, es ese malestar de mareo por el movimiento de este. Los barcos que navegan por los ríos, tienen menor calado y poca altura, siendo muy estables. Todo esto hace que se muevan suavemente por el agua, eliminando la sensación de mareo tan molesta.
Disfrutar de cabinas exteriores
El tamaño de los barcos fluviales hace que todos los camarotes tengan vistas al exterior, contando con amplias ventanas que permiten disfrutar del paisaje en todo momento. En estas habitaciones uno podrá encontrar todo lo que cenecista para disfrutar del viaje, como es la cama, armarios, aseos o sistemas de climatización.
Gastronomía local
Además de navegar y disfrutar de los paisajes y ofertas culturales de las ciudades que se visitan, los cruceros fluviales son una buena forma de poder descubrir la gastronomía local. En los menús ofertados se suelen incluir especialidades típicas de las regiones que se visitan. También es importante destacar, que al viajar un menor número de pasajeros, los menús cuentan con una mayor calidad gastronómica, llena de detalles y matices.
Escalas en las principales ciudades
Como en cualquier crucero, los pasajeros tendrán la opción de conocer en primera mano de las ciudades donde se vayan realizando las escalas. La diferencia en los cruceros fluviales, es que estas escalas se suelen llevar a cabo en el centro de las ciudades. De esta forma será más cómodo poder visitar los lugares más típicos de ellas. Además el embarque y desembarque es muy rápido sin trámites de pasaportes, colas para coger los autobuses, etc. Debido a esto, aunque se ofertan excursiones guiadas por las ciudades, los usuarios tendrán mucha facilidad para moverse a su aire.
¿Alguna vez habéis disfrutado de un crucero fluvial? ¿Cuál fue vuestra sensación? Animaros y compartir con todos nosotros vuestros comentarios. ¡Os estamos esperando!