Rumbo a Marruecos; lo que no te puedes perder

Tan cerca y tan lejos, a menos de 20 kilómetros de la península, pero sin embargo con poca relación cultural entre sus ciudadanos, los españoles solemos mirar al norte, sin darnos cuenta de lo que nos estamos perdiendo por no mirar más al sur.

Y es que hay muchos lugares imprescindibles en Marruecos para los españoles y por extensión para los europeos, un país con una cultura y unas tradiciones tan diferentes a las nuestras que bien merece la pena ser descubiertas y disfrutadas. Podrás visitar el país de los contrastes, con medinas laberínticas para perderse, desiertos de dunas donde pasar la noche y contemplar las estrellas, paisajes áridos de gargantas y cordilleras, pueblos de pescadores y otros de adobe anclados en el tiempo, y todo mientras disfrutas de té de menta en la mano, la bebida marroquí por excelencia.

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Una de las mejores formas de conocer este bello país son los circuitos, viajes organizados para que no tengas que preocuparte de nada: vive grandes experiencias viajando a Marruecos y dedícate solo a disfrutar.

Vamos a ver, a continuación, solo una pincelada de lo que podemos encontrar en este territorio africano y que sin duda no nos debemos perder, pero no olvides que hay mucho más de lo que te vamos a contar aquí, y es que Marruecos es sin duda un país para volver y redescubrir una y otra vez.

Marrakech

Muchos de los circuitos que encuentres para tu viaje a Marruecos harán una parada en esta ciudad imperial, Marrakech, y es que sin duda se encuentra entre los lugares imprescindibles para visitar. Es una ciudad fascinante y agotadora a partes iguales y pocas cosas hay comparables al ambiente que vivirás en su famosa plaza, Jamaa el Fna, símbolo del país, tanto de día como de noche, pues la mutación que vive al caer el sol, te dejará sin aliento.

Aunque sea esta plaza lo más destacado, hay mucho más que hacer en Marrakech: palacios, jardines, mezquitas y medersas te están esperando y, por supuesto, no pierdas la oportunidad de perderte por sus calles y de regatear comprando algo en su enorme zoco.

Asilah

Y para descansar y desconectar de la bulliciosa Marrakech, nada mejor que visitar Asilah, una ciudad marinera de Marruecos. Visita la ciudad azul, tal y como la conocen, y sabrás por qué recibe este nombre, pura belleza para los sentidos.

Asilah es pequeña, pero en ella encontrarás una de las medinas más bonitas del norte de Marruecos. Sus casas blancas y azules, sus flores en los balcones… ideales para perderse por sus calles durante horas.

A medida que te vayas adentrando por sus estrechos recovecos y frescas calles, irás descubriendo sus tiendas de artesanía e infinidad de murales pintados. No dejes de ver, al menos desde fuera, la Gran Mezquita o el Palacio Raissount.

Por último, al atardecer, no te olvides de ir al Mirador Caraquia para extasiarte con la puesta de sol por el Atlántico.

Ksar de Ait Ben Haddou y el Desierto del Sahara

Ouarzazate, la puerta al gran desierto del Sahara, es otra de las paradas que veras en muchos circuitos, y es que aquí se encuentra el Ksar de Ait Ben Haddou, otro de los imprescindibles de Marruecos, un Ksar para el que no lo sepa, es una ciudad fortificada protegida por torres de vigilancia de planta cuadrada y construida en tierra cruda. Ait Ben Haddou es un pueblo hecho de arcilla y adobe, que parece haberse detenido en el tiempo y que se encuentra en una zona árida y rocosa. Sin duda, no te dejará indiferente.

Este Ksar, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido escenario de películas tan famosas como Lawrence de Arabia y Gladiator. Una vez aquí, rumbo al desierto del Sahara a disfrutar de una noche estrellada, sin duda una de las grandes atracciones de muchos circuitos a Marruecos, podrás darte la oportunidad de dormir bajo un cielo libre de contaminación lumínica.

No te pierdas estos consejos para visitar Marruecos para disfrutar de estas opciones que te estamos dando, además de conseguir información valiosa de comportamiento y de su cultura lo que te dará seguridad a la hora de emprender tu viaje.

Las Cascadas de Ouzoud

Las Cascadas de Ouzoud se encuentran en la cordillera del Atlas, a 150 kilómetros de Marrakech, y son las más espectaculares del norte de África. Sus saltos de agua, de más de 100 metros, vienen del río Ouzoud, y no solo podrás darte un baño en sus gélidas aguas, sino que podrás disfrutar de una vegetación que crean un entorno muy distinto a los paisajes arenosos y secos que nos encontramos en Marruecos. Así mismo, podrás pasear rodeando las cascadas y observar a los monos que allí habitan.

Meknès

Aunque se trata de la menos famosa de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, sin duda nos quedamos con ella por tener un bello casco antiguo lleno de zocos y rincones maravillosos que cautivarán a cualquier viajero y que nos hacen situarla como uno de los mejores lugares para visitar en Marruecos.

Al igual que en el resto de medinas, lo mejor para disfrutarla al máximo es impregnarte del lugar y pasear sus laberínticas calles, donde podrás ver a los artesanos trabajar el hierro o las telas como se hacía antaño. Entre los sitios que no debes perderte en Meknès, se encuentra la Plaza el Hedim, el mausoleo de Mulay Ismaíl, la madraza Bou Inania, las madrazas o la Bab Mansour y la gran puerta de entrada a la medina.

Fez

Esta ciudad imperial, concretamente su zona más antigua, Fez el-Bali, está considerada una de las ciudades medievales más bonitas del mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una de las ciudades que despierta un mayor interés turístico

Fez el-Jdid es la zona más nueva y cuenta con el barrio judío, Mellah, y la zona colonial francesa, la Ville Nouvelle.  En nuestra estancia en Fez, merece la pena visitar sus curtidurías, como la de Chouwar, la más famosa y fotografiada, y el Palacio Real.

Rabat

Otra de las ciudades imperiales que, además, en este caso es la capital de Marruecos, pero que en muchas ocasiones ha quedado relegada a un segundo plano en el marco turístico es Rabat. Sin embargo, creemos que es una de las ciudades que hay que visitar para disfrutar de la extraordinaria Necrópolis de Chellah o para perderse por la preciosa Kasbah de los Udayas, impregnada de azul.

Esperamos haberos ofrecido una idea de los contrastes y espacios tan bellos que os esperan en Marruecos, pero estamos seguros de que lo que quedará siempre en vuestros corazones será su pueblo, su modo tan diferente, y tan envidiable, de entender el mundo, sin prisas, viendo el devenir del paso del tiempo con calma.

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