St. Maarten, corazón caribeño

Un pequeño paraíso en el centro mismo del Caribe holandés. Así podríamos definir esta isla, un sitio propicio para los sueños en el que es posible disfrutar de sus extensas playas bañadas por el sol y las aguas. En la isla es posible disfrutar también de paseos en kayak en el mar o la laguna, pesca deportiva, buceo en todas las categorías, mountain bike, trekking y cabalgatas que pueden realizarse a toda hora del día. Uno de los exclusivos centros de la eco-aventura de la isla es Tri-Sport. El lugar nació como un local de venta de equipamiento y ropa deportiva, pero el argentino Juan Pablo Piscione lo transformó en más que un simple negocio donde encontrar un surtido completo de equipos deportivos. demás, Tri-Sport es también la sede de eventos deportivos en St. Maarten, donde los aficionados al triatlón, al mountain bike y el ciclismo así como los corredores, acuden para obtener información actualizada sobre competencias y oportunidades de entrenamiento.

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Durante todo el año, los visitantes pueden experimentar la emoción de la Regata de 12 metros de St. Maarten. Esta es una oportunidad para que los marineros puedan trabajar como tripulantes a bordo del Stars and Stripes, ganador de la Copa de América en 1987, o en los competidores canadienses, Canada II, True North y True North IV. Los galgos del mar corren a lo largo de una ruta real, aunque más corta, del torneo por la Copa de América.

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Los amantes del snorkel suelen elegir Dawn Beach por sus arrecifes y la variedad de peces tropicales, los que suelen acercarse aún más a la costa durante los bellos atardeceres. Por su parte, Little Bay Beach es otro sitio para espiar debajo del agua  por su alta visibilidad y el escaso viento que ayuda a que el mar permanezca calmo todo el día. Otra playa con particularidades especiales es la del Maho. Allí el agua es mansa y de temperatura agradable. Lejos del mundanal ruido y entre paredones con bastante vegetación, los nudistas encuentran su lugar especial en Cupe Coy, donde el mar es bravo y profundo y cuyos atardeceres son sin dudas uno de los más bellos de la isla. Finalmente, Mullet Bay es la favorita de todos, no sólo de extranjeros sino de los locales, quienes buscan un sitio tranquilo y extenso en una playa que se conserva casi en su estado original, característica ésta de las costas del lado holandés.

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