Entre todos los sitios interesantes que podemos llegar a recorrer en Uzbekistán, indudablemente Taskent, la capital del país, es uno de los más destacados, sin dejar de mencionar, igualmente, que se destruyeron muchos de los edificios que hoy serían simbólicos para sus visitantes tanto en la Revolución Rusa, de 1917, como en el famoso terremoto que azotó la zona en 1966.
De hecho, con sólo ver algunos de los ejemplares de la arquitectura tradicional de la ciudad que se mantienen en pie, uno puede hacerse fácilmente la idea de lo bella que sería Taskent de no haber sufrido estas situaciones históricas, aunque por suerte, todavía se puede recorrer un sitio como la madraza de Kukeldash, del siglo XVI, famoso por albergar una importante mezquita en su interior, y que se ha convertido en museo en los últimos años.
Además, es muy trascendente la historia de la ciudad y sus alrededores en cuanto a distintos procesos que marcaron épocas para el hombre. De hecho, por caso, el Gran Duque Nicolás Konstantinovich Romanov, nieto del zar Nicolás I de Rusia, fue desterrado a Taskent, donde moriría y sería enterrado, siendo su memoria recordada actualmente gracias al palacio que lleva su nombre, cerca de la plaza Mustaqillik Maidoni, en el centro de la ciudad.
Sin embargo, y más allá de todo ello, no podemos dejar de nombrar al que para muchos hoy es el edificio más emblemático de Taskent, aunque poco tiene que ver con su historia. Se trata, concretamente, de la reconocida “Torre de Taskent”, la cual si bien no es más que una torre de televisión, destaca por integrar elementos arquitectónicos tradicionales uzbecos, y es uno de los parajes más visitados por los turistas, con cerca de 70.000 al año.
Finalmente, es común observar a cientos de estudiosos del Corán que llegan a Taskent en cualquier época del año, porque en esta ciudad se mantiene en perfecto estado de conservación, uno de los ejemplares más antiguos de este escrito religioso y moral.