8 consejos para volver a la rutina después de las vacaciones

De los aproximadamente 20,4 millones de profesionales en España que retoman sus actividades laborales tras las vacaciones, el 37% experimentará los efectos del denominado «síndrome posvacacional». Un estudio de Adecco revela que esta proporción de la población trabajadora enfrentará síntomas como apatía, agotamiento, falta de vitalidad, problemas de concentración, alteraciones del sueño, inquietud, tensión e incluso melancolía al reincorporarse a sus puestos.

Diversos especialistas ofrecen explicaciones sobre este fenómeno. Enric Soler, docente asociado en el área de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala que retomar el trabajo después de un prolongado periodo de descanso representa una transformación abrupta en la rutina diaria. Aunque las personas tienen una capacidad adaptativa notable, esta adaptación a los cambios se da de manera gradual. Soler compara este proceso con la necesidad de un periodo para procesar un luto o el tiempo que lleva la transición de la niñez a la adultez durante la adolescencia. En este sentido, sostiene que no se puede esperar que alguien se adapte inmediatamente al ritmo laboral después de haber estado en modo vacacional, todo en solo un día.

Que esa vuelta al trabajo sea más o menos llevadera depende básicamente de cuatro variables: la motivación profesional, la satisfacción y el bienestar en el trabajo, los recursos resilientes de cada uno y que haya facilidades o no para conciliar la vida laboral y la personal, indica Mireia Cabero, también profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. «Cuando el regreso al trabajo surge de una motivación interior (ilusión, propósito vital, vocación o autorrealización), el regreso al trabajo es agradecido, esperado y sin mucha reticencia, por lo que la adaptación es rápida», indica. «Sin embargo, cuando el regreso al trabajo surge por una motivación externa (trabajar por necesidad económica y obligación, sin interés personal en la tarea o en la organización), el regreso al trabajo puede generar rechazo, incluso depresión reactiva. Sobre todo si no hay un buen clima laboral, tenemos poca capacidad para afrontar con madurez la incomodidad de regresar al trabajo y hay obstáculos para la conciliación», señala la profesora de la UOC.

Consejos para sobrellevar la vuelta

Independientemente de cuáles sean las circunstancias de cada uno respecto a esas motivaciones y el ambiente laboral, los expertos y expertas afirman que algunas recomendaciones pueden ayudar a que la adaptación a la rutina laboral tras las vacaciones de verano sea rápida y sin complicaciones. Estos son sus siete consejos:

1- Vivir el aquí y el ahora

Según Enric Soler, obsesionarse con anticipar la vuelta al trabajo para que la transición sea más llevadera roba tiempo y calidad de vida de las vacaciones. «Planificar es una forma de anticipar lo que va a venir. Vivimos en un contexto demasiado tensionado en todos los ámbitos de la vida y quizás estamos abusando de querer tenerlo todo planificado para protegernos mentalmente del miedo a los cambios que prevemos que deberemos afrontar», explica. Por eso, aunque planificar sitúa mentalmente en la nueva situación, de modo que cuando se produzca ya no suponga la primera vez que se afronta, situarse mentalmente en esa nueva situación «no nos permite vivir plenamente el aquí y el ahora. Debemos asumir que no podemos planificarlo todo, así que soy más partidario de vivir plenamente el aquí y ahora, y confiar en nuestras propias herramientas para afrontar los cambios cuando se produzcan. Ya nos preocuparemos cuando sepamos de qué tenemos que preocuparnos», aconseja.

2 – Confiar en la capacidad de adaptación

Como recuerda el profesor colaborador de la UOC, seguramente este año no es el primero en el que se realiza una incorporación al trabajo tras las vacaciones, «y si lo es, no será el último. No es una causa de muerte reconocida científicamente, así que sobra convertirlo en un drama. Confiar en la propia capacidad de adaptación es buena idea».

3 – Seguir disfrutando del ocio y del tiempo para uno mismo

Según Mireia Cabero, que la conciliación permita durante el año poder vivir la vida que se quiera vivir al mismo tiempo que se trabaja es una necesidad que no debe pasarse por alto. «De no ser así, la renuncia es excesiva e impacta en nuestra satisfacción, equilibrio y desmotivación, pudiéndose generar cuadros de depresión reactiva, ansiedad generalizada, desgaste profesional y estrés», dice, y recomienda mantener tiempo para uno mismo durante todo el año, no solo en vacaciones.

4 – Huir de los cambios bruscos del día a día

«Si son inevitables, como un desfase horario, date un tiempo para adaptarte. Si son evitables, está en tu mano elegirlos o no», recuerda Enric Soler.

5 – No olvidar que los periodos de descanso forman parte de la actividad laboral

«Cuando has estado de vacaciones, has estado trabajando para ofrecer la mejor versión de tu faceta profesional a la vuelta a la productividad. No por estar de vacaciones dejas de ser quien eres profesionalmente. Es imprescindible descansar para hacer bien nuestro trabajo», afirma el profesor colaborador de la UOC, y recuerda que durante el año tenemos tres tipos de períodos vacacionales: los fines de semana, que son períodos cortos, pero frecuentes; Semana Santa, Navidad y puentes, que son períodos medios y menos frecuentes, y las vacaciones de verano, que son períodos largos, pero los más infrecuentes. «Los tres tipos de descanso profesional repartidos durante todo el año nos ofrecen tres tipos de desconexión laboral mediante distintas actividades de ocio. Debemos aprender a sacar todo el jugo posible a cada uno de ellos», sostiene.

6 – Hacer el propósito de no desaprovechar las próximas vacaciones

Es decir, el fin de semana siguiente a la reincorporación, y los sucesivos. Según Soler, lo ideal es elegir lo que resulte más reparador en cada uno de los tres tipos de períodos vacacionales que se tienen durante todo el año, «y evitar hacer lo que se espera que hagas. Los fines de semana no son solo para poner la lavadora, y en las vacaciones de verano no es obligatorio gastar un pastizal en un viaje».

7 – Si agobia volver al trabajo, hay que plantearse un cambio

Los expertos y expertas afirman que disfrutar de la profesión no debería ser un lujo. Un trabajo es gratificante en la medida que gusta y se disfruta. «Si hace semanas que no lo practicas, lo vas a echar de menos, y cuando puedas volver a ejercer tu profesión, matarás el gusanillo de no haberla ejercido durante un tiempo significativo. Si nunca te gustó la tortilla de patatas con cebolla, no pretendas que te guste el día que te veas forzado a comerla. Si no tienes ilusión por volver al trabajo después de las vacaciones, plantéate si ese trabajo te gusta», recomienda Soler.

8 – Si no se sigue un estilo de vida saludable, conviene intentar cambiarlo, pero de forma progresiva

Los cambios importantes, mejor que no coincidan, advierte el profesor colaborador de la UOC. El cuerpo puede facilitar a la mente la adaptación si se está descansado, con salud, ágil y enérgico, ya que «al tener el cuerpo preparado no sumamos tensión a la tensión psicológica del regreso», explica Mireia Cabero. Por eso, quien practica deporte y tiene una dieta saludable durante todo el año, tendrá menos problemas con la vuelta al trabajo porque el deporte reduce la ansiedad y el estrés, y la alimentación sana previene o atenúa los problemas de salud. Pero en opinión de Enric Soler, la alimentación y el deporte forman parte del estilo de vida, a la que le aportan más calidad, y el estilo de vida es transversal a todas las etapas del año, sean de vacaciones o de trabajo. Por eso, si no se lleva un estilo de vida saludable, la mejor forma de cambiar esa realidad es hacerlo de forma progresiva y no elegir, justamente, un período de mayor estrés como el de la vuelta al trabajo.

Fuente: UOC

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