7 joyas que se oculta en el Lago Saimaa de Finlandia

El Lago Saimaa, el mayor de Finlandia y el cuarto en tamaño de Europa, ofrece mucho más que paisajes de gran belleza. Es también la cuna del Derecho de todo Hombre, una tradición que garantiza la libertad de desplazarse, recolectar y acampar en plena naturaleza. Esta práctica, hoy profundamente valorada, se mantiene gracias a la determinación de una mujer excepcional: Ilma Lindgren. En reconocimiento a su legado, Visit Finland ha seleccionado siete rincones poco conocidos en torno al Lago Saimaa que invitan a descubrir sus paisajes, sabores y cultura durante el otoño, la estación ideal para la recolección.

La historia se remonta al 4 de septiembre de 1914, cuando Lindgren, joven madre viuda, recogió 20 kilos de arándanos rojos en la isla de Äitsaari (Ruokolahti, Saimaa). Un terrateniente le confiscó la cosecha alegando propiedad sobre ella, pero Lindgren se negó a aceptar esa imposición. Tras un largo proceso judicial que pasó por tres tribunales, logró la victoria en el Tribunal Supremo cinco años más tarde, sentando un precedente que reafirmó el derecho de todos los finlandeses a recolectar alimentos silvestres, en un momento en el que esa libertad no estaba garantizada.

Hoy la recolección va más allá de un simple pasatiempo: es una pasión nacional. Durante el final del verano y el otoño, los bosques se llenan de personas recolectando bayas, setas y hierbas gracias a este derecho. Entre sus defensores actuales destaca el chef Sami Tallberg, pionero de la cocina silvestre desde 2005, que incluso creó un pastel en honor a Lindgren —Tribute to Ilma Lindgren— recogido en su aclamado libro Forage’s Cookbook. FLORA.

“El trabajo que realizo sigue el camino marcado por Ilma Lindgren, quien transformó la manera en que los finlandeses nos relacionamos con la naturaleza. Ella logró que los recursos naturales estuvieran disponibles y fueran gratuitos para todos. La recolección silvestre forma parte esencial de nuestra cultura: la vida en las cabañas durante primavera, verano y otoño nos conecta con la alimentación estacional y con los productos que nos ofrece el bosque”, asegura Tallberg.

El Lago Saimaa continúa siendo un símbolo de esta tradición. Sus extensos bosques y numerosas cabañas mantienen vivo el espíritu de la recolección.

“El Saimaa no solo deslumbra por su belleza, también es un testimonio del coraje de Ilma Lindgren y de las libertades de las que disfrutamos hoy”, señala Heli Jiménez, directora sénior de Marketing de Business Finland, quien también practica la recolección en la casa de campo familiar a orillas del lago.

En este contexto, se presentan siete experiencias poco conocidas para sumergirse en la naturaleza y la cultura del Lago Saimaa durante este otoño.

1. Dormir en la estación de tren de Pulsa

Construida en 1869, la estación de tren de Pulsa fue en su día el principal centro de transporte de la región de Saimaa. Hoy en día, ha sido cuidadosamente restaurada y convertida en un Bed and Breakfast boutique y una cafetería, conservando su encanto de madera y ofreciendo todas las comodidades modernas. Los huéspedes pueden alojarse en las renovadas casas de los trabajadores ferroviarios del siglo XIX, disfrutar del café tostado in situ en Makea Coffee Roastery y degustar pasteles y bollos elaborados con bayas y setas silvestres. El alojamiento está disponible hasta el 31 de octubre; la cafetería permanece abierta todo el año.

2. Acampar en la Riviera de Saimaa

Huuhanranta, conocida como la “Riviera de Saimaa”, es la playa de arena más larga de la región, con una extensión de 1,5 kilómetros a lo largo de una costa orientada al sur. En verano, atrae a los nadadores, pero en otoño se convierte en un oasis de paz para acampar, hacer fotografías y observar las estrellas. Los cobertizos para leña, un inodoro de compostaje y un contenedor de basura hacen que la estancia sea más cómoda. Los bosques de alrededor están repletos de arándanos rojos, arándanos azules y setas. Huuhanranta, que forma parte del Geoparque UNESCO de Saimaa, apareció recientemente en la revista TIME como una de las playas más cautivadoras del mundo para disfrutar de la tendencia vacacional del “coolcation”.

3. Excursión a Kummakivi, la “Piedra Extraña”

Kummakivi es una de las maravillas naturales más intrigantes de Finlandia: una roca de siete metros de altura que se equilibra de forma improbable sobre otra roca más pequeña. Depositada por el retroceso de los glaciares, ha permanecido inmóvil durante miles, quizás millones de años, desafiando incluso explosiones de dinamita. Acceder a la Piedra Extraña también es un espectáculo, ya que hay que cruzar un puente cubierto de musgo de 1930 antes de recorrer bosques de pinos llenos de pájaros cantando. La empresa de guías locales Creative Kaiku ofrece excursiones que combinan tradiciones culturales con fantásticas historias de elfos del bosque.

4. Probar el coregón, el pescado más famoso de Saimaa

Ninguna visita a Saimaa está completa sin probar su pescado emblemático: el corégono blanco (muikku). Pequeño y plateado, se suele freír hasta que queda crujiente y se sirve con puré de patatas, eneldo y mantequilla derretida. El coregón, un elemento básico de la cultura pesquera local desde hace siglos, sigue siendo la captura más importante del lago. En Wollkoff, un histórico restaurante de madera en Lappeenranta, el chef Karo Sintonen prepara platos de vendace utilizando pescado de origen sostenible y verduras frescas de la huerta.

5. Disfrutar del Parque de Esculturas de Parikkala

El Parque de Esculturas de Parikkala, mitad galería surrealista y mitad jardín encantado, es la obra de toda una vida del artista auto didacta Veijo Rönkkönen (1944-2010). A lo largo de cinco décadas, llenó el jardín de cinco mil metros cuadrados con 560 estatuas de hormigón, desde figuras humanas realistas congeladas en medio de un baile o una postura de yoga hasta rostros adornados con dientes humanos reales. A medida que la luz otoñal se filtra a través de la vegetación que rodea, las esculturas adquieren un aire particularmente misterioso.

6. Recorrer en bicicleta el circuito de las Cuatro Islas

Las rutas ciclistas que recorren las islas del lago Saimaa combinan la belleza natural con la historia cultural. El circuito de las Cuatro Islas, en Imatra y Ruokolahti, lleva a los ciclistas a través de puentes y transbordadores, conectando pueblos, senderos forestales y miradores junto al lago. Entre los puntos más destacados se encuentran la histórica colina de la iglesia de Ruokolahti, las amplias vistas del río Vuoksi —la única salida del Saimaa— y lugares apartados para hacer picnic.

7. Explorar la península de Rastiniemi

Rastiniemi, una joya del Geoparque UNESCO de Saimaa, ofrece una de las mejores zonas recreativas del lago. Aquí, incluso los excursionistas sin barco pueden adentrarse en el corazón de Saimaa y disfrutar de su paisaje isleño. Las antiguas costas, formadas en diferentes etapas del lago helado del Báltico, son visibles a diferentes alturas, la más alta a 105 metros sobre el nivel del mar. Situada en Kyläniemi y accesible en ferry desde Ruokolahti, la península está bien equipada con barbacoas cubiertas, lo que la convierte en un lugar ideal para relajarse bajo la luz de la luna.

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