Eslovenia y Croacia en los últimos años han reconstruido y revitalizado su imagen para comenzar a utilizar el eslogan “el Mediterráneo, tal como era” con sus encantadoras ciudades llenas de historia, cultura y gastronomía, todo conviviendo en perfecta armonía.
CROACIA: tiene seis ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Parques Nacionales y Naturales, un litoral que va desde la Península de Istria hasta el sur de Dalmacia, dejando bellas caletas y acantilados.
Dubrovnik, “la Florencia Dálmata” es una de las ciudades más lindas de Europa, en un enclave estratégico, con su famoso casco antiguo rodeado de murallas góticas y renacentistas, de pequeñas callejuelas, balcones floreados y vistas increíbles al Mar Adriático.
También se debe visitar. El Palacio de Diocleciano en Split, el Parque Nacional de Plitvice, la Catedral de Santiago de Sibenik, su capital Zagreb y su hermosa costa Dálmata.
ESLOVENIA: es un pequeño país ubicado en el centro de Europa que limita con Italia, Austria, Hungría y Croacia: su capital es Ljubljana, una ciudad que tiene un rico patrimonio histórico. Supo ser asentamiento romano, capital de la Provincia de Carniola, la capital de la provincia iliria napoleónica. Al recorrerla se pueden apreciar sus fachadas renacentistas, barrocas y especialmente de la secesión vienesa.
Eslovenia es el pulmón verde de Europa Central: Sus deslumbrantes Alpes Julianos, sus poblados medievales, conviven con una economía floreciente dentro de la Unión Europea.
BOSNIA – HERZEGOVINA: ha tenido una recuperación increíble luego del largo conflicto que desmembró a la antigua Yugoslavia. Es un pequeño país en el corazón de los Balcanes, lugar de cruce de civilizaciones, que le otorgaron un lugar estratégico en la historia.
Sarajevo, su capital, culturalmente musulmana, nos invita a conocer su pintoresco bazar y la Mezquita Husref Beg. Otra visita obligada es al Santuario de Medjugorje, donde en 1981 apareció la Virgen María y comunicó un mensaje de paz a los testigos.