El Palacio de Buckingham es la residencia oficial de la Familia Real Británica en Londres desde 1837. Actualmente, es el lugar de residencia de la reina Isabel II. Fue construido en 1703 para el duque de Buckinghan y adquirido en 1762 por el rey Jorge III como residencia privada y uno de los principales sitios que podemos visitar en esta parte del mundo.
En 1940 durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue bombardeado destruyendo su capilla. Es el símbolo de la monarquía británica y un centro de trabajo donde trabajan a diario cientos de funcionarios y asistentes al servicio de la Corona.
El Palacio de Buckingham abrió sus puertas por primera vez al público en el verano de 1993 para recaudar fondos destinados a reparar el Castillo de Windsor tras el incendio de noviembre de 1992. Desde entonces, cada agosto es visitado por miles de turistas atraídos por la curiosidad de ver en primera persona los salones por los que pasea a diario Isabel II, siempre seguida por sus queridos perros.
Sólo se permiten las visitas al interior del palacio durante 8 semanas al año, entre agosto y septiembre. Existen dos tipos de entrada diferentes: una de las modalidades permite visitar los Salones de Estado y la otra incluye además las Cocheras Reales y la Galería de la Reina. Además de las visitar el interior, a lo largo de todo el año se celebra el Cambio de Guardia enfrente del palacio, acontecimiento conocido y buscado por todos los turistas del mundo.
El Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, que es el encargado de supervisar y controlar el presupuesto anual de la familia real británica encabezado por la diputada Margaret Hodge., ha hecho publico un informe donde critica la gestión de las finanzas en el último ejercicio diciendo que la familia Windsor esta gastando por encima de sus posibilidades y algunas propiedades se están deteriorando por falta de mantenimiento.
Para ello propone que el Palacio de Buckingham abra sus puertas al público cuando la reina no este en el y así obtener beneficios con las entradas, como ya se hace de hecho cada mes de agosto, aprovechando las vacaciones estivales de Isabel II en Balmoral, convirtiéndolo en un museo. Habrá que ver que piensa la reina Isabel quien no es precisamente una mujer fácil de convencer.